Saturni dies

Rodrigo Guerra Carbonell, 2ºBACH-A:

 Saturni dies

Durante toda esta semana hemos estado conociendo a los dioses de cada día. Hoy es mi turno: Saturno.

Bueno, para comenzar, me gustaría deciros que este no es mi nombre original, sino el que adoptaron los romanos al conocer la mitología griega, de la que provengo. Antiguamente me solían llamar Cronos.

Mis padres eran Urano, el propio cielo, y Gea, la propia tierra. Nuestra madre contenía a mis hermanos y a mí en su vientre y no podía darnos a luz, debido a las normas de nuestro padre.

Mi madre, cansada, decidió crear una hoz, con la cual alguno de mis hermanos Titánides se vengaría de Urano.

Fui yo el único que decidió empeñar esa labor, y en una emboscada acabé con él.

De su sangre, salpicada en mi madre, surgieron los llamados “Gigantes”, y de sus genitales amputados surgió Afrodita, la diosa más bella para los griegos.

 

Y así fue como me hice con el reinado en la denominada «edad dorada». Esta fue una de las mejores para los humanos, puesto que no necesitaban leyes ni reglas: todos hacían lo correcto y no existía la inmoralidad.

Pero no todo iba a a ser de color de rosas. Yo me había enamorado de una de mis hermanas, Rea. Antes o después sabíamos que de nuestro amor surgirían nuestros sucesores. Pero entonces mi madre, sabiendo que alguno de mis hijos me destronaría, me avisó de tal barbarie.

Agitado en mi locura, devoré a mis hijos uno por uno, impidiendo así que alguno pudiera destronarme.

Inesperadamente, fue Zeus, el más joven de mis hijos, quien conjuró contra mí. Ideó un plan junto a mi esposa para rescatar a todos sus hermanos y deshacerse de mí.

Lo consiguió, me encerró en el Tártaro junto a todos los demás Titánides. Tras salir vencedor de esta, se proclamó rey junto a otra de mis hijas, Hera.  Supongo que mi historia para los griegos era corta, pero con los romanos tomé mucho más protagonismo.

Como ya os he comentado, mi nombre pasó a ser Saturno para los romanos. Ellos me idolatraban mucho más. Lo que ahora, gracias a los cristianos ha pasado a ser Navidad, para los romanos se trataba de las Saturnalias.

Estas eran una celebración que se producía a finales de año, coincidiendo con el final de la cosecha de invierno. Los romanos entonces celebraban el nuevo período de luz con grandes festines, diversión y muchos regalos. Llenaban sus casas de velas y antorchas y también las decoraban.

Me hacían sacrificios para satisfacerme, ya que para ellos yo era el dios de la cosecha y del sembrado, de la cual se sentían eternamente agradecidos.

Sin duda alguna, la mía era una de las celebraciones más importantes en el pueblo romano.

Mi nombre y mi historia han sido muy transgresores. Durante toda la historia han inspirado a escritores, poetas, pintores y escultores. ¿Acaso no conocéis el famoso cuadro Saturno devorando a un hijo, de Goya?

Vaya, aunque es cierto que salgo un poco desfavorecido.

 

De cualquier modo, he sido tan famoso que me habéis dedicado un día en vuestro calendario, Sábado. Aunque la raíz de esta palabra viene del hebreo, sabéis que detrás de ella estoy yo.

Y recordad, si alguna vez queréis verme, tan solo mirad en el cielo a uno de los planetas más brillantes, Saturno.

 

Compartir la entrada

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *