Relato colectivo:¿Serás tú el/la siguiente?

En el seno del Programa ComunicA y, con la finalidad de implementar la expresión y la comprensión escritas, en el I.E.S. Gamonares, por tercer año consecutivo, continúa la construcción de un relato colectivo. Un miembro de nuestra comunidad educativa cuyo nombre no puedo desvelar aún ha creado este texto, que será continuado de forma anónima y discreta (al menos por ahora) por alguno de vosotros/as. Estad muy atentos, ya que podéis sentir la llamada de la forma más inesperada.

Capítulo 5: Confesiones

Mientras las chicas hablaban en su habitación, los chicos han salido a la piscina y van comentado la actitud de Cris.

  • Tío, ¡cómo se ha puesto Cris!
  • Ni que lo digas, creo que nuestro plan se va al traste.
  • Eso mismo pienso yo, que me iba a declarar y he ideado todo esto. Menudo rollo, nos habíamos juntado con los emparejados para poder estar con ellas y, ahora, Cris está histérica.
  • Tío, perdona a mi hermana, no sé lo que le pasa, pero últimamente está muy nerviosa y se altera por cualquier cosa.
  • Jo, pues menudo plan nos espera. Oye, y si la convences tú en privado. Quieres que me lleve a Lorena a dar una vuelta y mientras hablas con ella.
  • ¡Qué va, tío! No creo que sirva de nada. Cris es muy cabezota y no hay quien la saque de sus trece y, ya te digo, últimamente está muy nerviosa y no me cuenta lo que le pasa.

Oye, cambiando de tema, háblame de Lorena. El otro día me dijiste que no era tu hermana, aunque lo parece, y ¿qué vínculo os une? ¿por qué no os han separado?

  • Mis padres murieron en un accidente de tráfico y como no tengo ningún pariente vivo acabé en el centro de acogida y, cuando llegué, allí estaba ella, con su chupete y su pelo alborotado y, eso que tenía cinco años. Pues yo entré y no hablaba ni me movía ni comía… estaba en shock y ella, con su pelo alborotado, se puso al lado mío y, después de un buen rato, le dio su chupete y, desde ese momento, estuvimos juntos.

Tras unos meses allí, la adoptaron y yo volví a ser el mismo de los primeros días: no hablaba, no me movía, no comía… Al cabo de un tiempo, volvió, según supe después, ella había sido revoltosa, inquieta, mordía todo, se meaba encima, no comía, chillaba… y la familia decidió devolverla, porque no conseguían que se adaptase.

En el centro volvió a ser la misma de siempre,  pero, a la semana siguiente, me adoptaron a mí. Así que tuve que irme con la familia y, al separarme de ella, volví a mi actitud: no hablaba, no me movía, no comía… La familia tenía mucha paciencia, incluso compraron un perro, para ver si así me animaba, pero no hubo forma, así que me devolvieron al centro.

Desde el día que regresé al centro no nos han vuelto a separar, ya que ella adoptó su actitud arisca con todo el mundo hasta que me volvió a ver, o, al menos, eso es lo que ella me contó.

Tras dos años en el centro, consiguieron que nos adoptara una familia a los dos y estuvimos con ellos tres años, sin embargo, la mujer sufrió un cáncer y tuvimos que volver a otro centro de acogida, ya que no se podían hacer cargo de nosotros.

Esta es la segunda familia que nos acoge, hemos estado cuatro años en el centro y, de momento, parece buena gente.

Y vosotros, ¿por qué acabasteis en un centro de acogida?

  • ¡Eh, perdona!, antes de contarte nuestra historia, una pregunta: ¿por qué estaba Lorena en el centro?
  • Es algo que debes preguntarle a ella, no le gusta mucho hablar sobre eso y, creo, que es mejor que yo no te lo diga.
  • ¡Ah, vale!¡De acuerdo, tío! No te preocupes, no pasa nada.

La historia de mi hermana y mía es más simple que la tuya: desde que nacimos hemos estado en el centro de acogida y, ahora, tras tantos años, nos han adoptado, supuestamente, son parientes nuestros, pero la verdad que yo aún no me he aclarado. De momento, nos tratan bien y nos dan nuestro espacio, por lo que hemos ganado respecto a las normas del centro y las comidas tan bien están más sabrosas.

  • ¿Desde qué nacisteis habéis estado en el centro?
  • Sí.
  • ¡Qué fuerte!
  • No conocemos otra vida, así que para nosotros ha sido fantástica, pero ahora que tenemos libertad, también nos está gustando.
  • Faltaría más
  • Ya ves.
  • Oye, mira, ¿no es aquella Lorena?
  • Sí, parece que está un poco triste. ¿Habrá discutido con Cris?
  • Vamos a preguntarle.

 

 

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