25 NOVIEMBRE, DÍA INTERNACIONAL DE LAS VIOLENCIAS CONTRA LAS MUJERES

En los últimos años estamos asistiendo a una exposición casi cotidiana de datos y cifras que colocan a la violencia de género en las edades más jóvenes y ello la convierte en una problemática que requiere de urgentes respuestas.
Una de cada 4 adolescentes sufre violencia de género. Un dato estremecedor que nos obliga a plantearnos qué tipo de educación le estamos dando a nuestro alumnado para que siga perpetuando uno de los mayores problemas que tenemos como sociedad.
Los celos como muestra de amor, la existencia de las medias naranjas, la correlación entre amor y sufrimiento y la creencia de que “el amor lo puede todo” son los cuatro mitos del AMOR ROMÁNTICO.
Mitos que nuestro alumnado sigue asimilando y que, en muchos casos, conducen a relaciones con violencia de género.
Cuando hablamos de violencia en la adolescencia no nos referimos solo a la que se da en el entorno de la pareja, sino también a la que se produce en sus relaciones sexuales y, por supuesto, a la ciberviolencia, la que se genera a partir de los instrumentos tecnológicos.
Hoy día se aprecia un retroceso en este tema observado en un alto porcentaje de adolescentes, especialmente masculinos. Seguimos educando diciendo a las chicas “ten cuidado” en vez de hacer hincapié o enfocar la educación en el “no agredas”, dirigido a los chicos.
Y, como docentes, debemos poner el foco en los agresores y no tanto en las víctimas, es decir, debemos educar y prevenir las violencias de los agresores y tenemos que empezar a plantearnos que no sólo tenemos 37 mujeres asesinadas, sino que tenemos 37 asesinos de mujeres.
La socióloga y sexóloga, experta en género, Carmen Ruíz Repullo, afirma que es fundamental la “prevención y sensibilización desde la escuela, la familia y la sociedad”. Y aunque es evidente que la escuela no es la responsable de acabar con todo esto, si es fundamental que nos impliquemos para acabar con esta lacra que cada vez va a más y a edades más tempranas.
Este año se han trabajado cuatro situaciones reales, preparadas y elaboradas por nuestro alumnado, las cuales se viven prácticamente a diario, aunque no sean detectadas como violencia hacia las chicas.
La forma de trabajarlas es:
-Se lee en clase la primera parte de la historia.
-Se baja luego al patio para que el alumnado junto al profesor/a correspondiente vaya parando en cada una de las escenas, lea la primera parte y el alumnado lea los diálogos.
-La última escena es observar a una chica asesinada en el suelo, algo que a simple vista puede resultar exagerado, pero con ello queremos hacerle ver a nuestro alumnado que la violencia continuada y que no es considerada como tal, puede tener consecuencias mortales.
Una vez terminada volvemos a clase y realizarán la Unidad Didáctica, con la puesta en común correspondiente.
GRACIAS POR VUESTRA IMPLICACIÓN Y VUESTRO TRABAJO DENTRO Y FUERA DEL AULA.
Coeducación.

Unidad Didáctica 25N.

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