Memoria en familia.
Uno de los objetivos que nos propusimos desde el principio con este proyecto de memoria democrática de los Montes Orientales, era que el conocimiento que se genera en las aulas saliera y repercutiera en las familias y en la comunidad en la que nos insertamos, interpelando y haciendo partícipes, siempre que sea posible, a las familias. Hacer que las familias contribuyan y formen parte de todo este proyecto y este proceso de recuperar la memoria y dignificar a las víctimas de la dictadura y el genocidio franquista en nuestra comarca, y que selo hagan suyo.
Y un ejemplo claro es el de esta madre de una alumna que ha querido participar en una de nuestras actividades y aportar su granito de arena en forma de reflexión. Muchas gracias «Lula».
Hemos visto el documental “Donde el trigo crece más alto” [http://youtube.com/watch?v=ZJMWTMQKdm8] en familia. El tema que trata es algo que ya sabíamos, y aún así nos ha estremecido.
El franquismo fue una dictadura injusta, provocada porque el bando nacionalista no respetó la victoria republicana, reprimió los derechos básicos de las personas cebándose con los que no eran afines a sus ideales. Tanto la guerra como la posguerra trajo hambruna, dolor, trabajo mal pagado y analfabetismo.
De donde vengo, en los tiempos de la posguerra, mis padres no podían hablar de sus ideales, revindicar sueldos más justos o ir al colegio. Para ir a trabajar eran los señoritos a caballo los que decidían quién trabajaba y comía ese día. Para poder saber lo que ocurría, y no lo que vendía el NO-DO, lo tenían que hacer a través de radio frecuencias piratas, siempre poniendo a alguien para que vigilara y no ser pillados, repartiendo octavillas de repulsa en la madrugada, etc.
Sobre fusilamientos sí nos han contado que simplemente por hablar en una reunión podía haber algún “cebiche”, y sin venir a cuento los metían en la cárcel. Unos volvían apaleados y otros, simplemente, no volvían. Ahora entiendo que los asustaran con aquello del “hombre del saco”. Creo que se referían a que a algún bebé de los entornos se los habrían llevado. Mi padre, hasta el día de su muerte, me decía que nunca me afiliara a ningún partido ni sindicato, ya que si volvíamos «a lo de antes» ya estaría tachada. Entiendo que mantuvieran silencio ya que el miedo a ser encarcelados y torturados era superior a ellos.
El dolor de las familias de no saber dónde están sus seres queridos y saber que antes de estar donde estén fueron maltratados, fusilados, tuvieron que cavar su propia tumba y, finalmente, echados unos sobre otros como si no fueran personas. Es totalmente necesario hablar de ello, tanto en las aulas como en la sociedad, ya que el odio entre dos ideologías aún sigue existiendo.
Cebiche: palabra coloquial de la zona para referirse a las personas que iban a las Guardia Civil por algo que habían escuchado, o por el odio hacia esa persona.
Lula
«Sierras de libertad. Gómez Cantos, el carnicero de Extremadura», ilustración de Álex de la Fuente.



