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Personaje del mes (Febrero): ISABEL ZENDAL

           

La primera enfermera en misión humanitaria de la historia: la gallega Isabel Zendal

La primera expedición humanitaria de ámbito universal conocida contaba entre sus participantes con una sola mujer, a la que la Organización Mundial de la Salud reconoció como la primera enfermera en misión humanitaria de nuestra historia

La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna tenía como misión llevar a todo el Imperio Español la vacuna de la viruela. Comandada por el cirujano real Francisco Javier de Balmis y Berenguer, salvó a millones de personas en todo el mundo y permanece en los anales de la historia como uno de los viajes más memorables de la Humanidad. La primera expedición humanitaria de ámbito universal conocida contaba entre sus participantes con una sola mujer, a la que la Organización Mundial de la Salud reconoció como la primera enfermera en misión humanitaria de nuestra historia.

Isabel Zendal Gómez nacía en Ordes, A Coruña, en 1771. Sus orígenes fueron humildes, hasta tal punto que sus padres, agricultores, fueron enterrados en caridad en tumbas propiedad de la parroquia y sin testamento, pues no había nada que legar.

A finales de siglo, Isabel tiene un hijo que cría como madre soltera y se traslada a La Coruña para trabajar en el servicio doméstico de uno de los más destacados hombres de negocios de la época, Jerónimo Hijosa.

Hijos era uno de los benefactores del Hospital de Caridad de A Coruña, obra de Teresa Herrera, y que gestionaba la Congregación de los Dolores y a donde pertenecía la Casa de Expósitos (horfanato), de la que Isabel Zendal se convertiría en rectora en 1800.

Isabel estaba al cargo de todos los huérfanos de la Casa (30 aproximadamente) por un sueldo de 50 reales (el cura del hospital cobraba 150 y la lavandera 100) y tenía que remendar ropa en su tiempo libre para poder alcanzar un sueldo medianamente digno.

Pero, ¿cómo la rectora de la Casa de Expósitos consiguió enrolarse en una de las expediciones más legendarias de la historia de la Humanidad? Como suele ser habitual, la casualidad y la necesidad llevaron a Isabel a la Expedición Balmis, ya que no se contemplaba la participación de una mujer en el viaje.

Para poder transportar las vacunas a los territorios de ultramar, Francisco Javier de Balmis ideó una brillante y descabellada idea: usar una cadena humana de cuerpos vivos como portadores de la misma. Balmis se hizo con cinco niños huérfanos en Madrid para llevar la vacuna a La Coruña pero durante el viaje uno de ellos falleció. Balmis se percató de que La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna necesitaba una mano femenina que cuidara adecuadamente de los niños durante el peligroso viaje a las Colonias de ultramar.

Así, el 14 de octubre de 1803, mes y medio antes de la partida de la expedición del puerto de A Coruña, Balmis contrataba a Isabel Zendal con un sueldo de 3000 reales, igual que sus compañeros enfermeros hombres. Su función como enfermera era hacerse cargo de los pequeños que transportaban el virus de la viruela, cuidarlos y educarlos durante el trayecto.

El 30 de noviembre de 1803 partía del puerto de A Coruña la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna con destino a los territorios de ultramar, a bordo de la corbeta María Pita, con 37 personas, 22 de ellos niños que recibirían los cuidados de nuestra heroína, entre ellos su propio hijo.

Se preveía que la expedición llegase sólo hasta Filipinas, pero acabó dando la vuelta al mundo, haciendo llegar la vacuna a las Islas Canarias, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, México, Filipinas, China… convirtiéndose en la primera expedición humanitaria de ámbito universal de la historia. Se estima que más de 500.000 personas fueron vacunadas directamente por la Expedición Balmis y que millones de personas fueron salvadas de morir gracias a la creación de Juntas Sanitarias y Casas de Vacunación públicas. El 7 de septiembre de 1806, Balmis besaba la mano del rey en Madrid, siendo el único retornado de la expedición original.

Algunos de los niños fueron adoptados, pero poco se sabe del destino final de estos 22 ángeles.

Lo que sí sabemos es que Isabel Zendal fue decisiva durante aquel fantástico viaje, arriesgando su propia vida para cuidar la de los niños. Al finalizar la Expedición se quedó en Puebla de Los Ángeles en México, con su hijo. Nunca regresó a España y la fecha exacta de su muerte sigue siendo una incógnita.

A pesar de que el propio Balmis reconoció su extraordinaria labor, el mundo la olvidó e incluso el propio cirujano llegó a darle hasta 6 apellidos distintos en sus escritos.

Poco a poco se va reconociendo su labor. En 1950 la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoció como la primera enfermera de la historia en misión internacional y el Gobierno mexicano concede, desde 1975, el Premio nacional de Enfermería en su honor. Además, se han publicado novelas y grabado películas sobre ella y sus 22 ángeles.