Pedro empezó a buscar por toda la iglesia, pero no encontró nada. Se fue triste de ese lugar porque no encontró el dinero. Caminando por el bosque para ir a su casa, anocheciendo, se encontró con un extraño.
-Sé lo que estás buscando -le dijo el extraño-, por eso estás por aquí a estas horas. Yo fui quien escondió ese dinero. Todo el pueblo ha intentado buscar mi dinero y todos han acabado muertos o desaparecidos. Tú serás el siguiente.
Pedro, muy asustado, intentó escapar corriendo lo más rápido que podía, pero por más que corría no podía escapar. El extraño cogió, le agarró del cuello y empezó a meterle puñaladas hasta acabar con su vida.