Érase una vez un hombre llamado Pedro. Pedro es un hombre agradable, simpático, cariñoso, gracioso… Él es un hombre pobre. Tiene una esposa llamada María y tres hijos: Mario, Ángel y Elena. Era una familia pobre.
Un día Pedro, caminando por el pueblo, vio a su amigo Paco, que le dijo que había una historia en el pueblo que decía que en algún sitio había millones y millones de euros que habían enterrado y que nunca desenterraron.
El problema de Pedro era que tenía que conseguir ese dinero para sacar de la pobreza a su familia.
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