Aquella mañana mi equipo y yo nos adentramos en el bosque. La mañana era cálida y los seis íbamos en silencio inspeccionando la zona. De repente, Marta se separó de nosotros, cuando nos dimos cuenta decidimos retroceder para buscarla. Marta había caído en una trampa con afiladas estacas, su cuerpo estaba hecho pedazos, tuvimos que sacar el cuerpo y enterrarlo para que no se lo comieran los animales salvajes.
Continuamos nuestra búsqueda de Grilo cuando observamos que un helicóptero enemigo sobrevolaba el bosque.
Rápidamente nos escondimos en una cueva, escuchamos ruidos y resultó ser un enorme oso que cogió a Josema por la cabeza, mientras el oso mataba a nuestro compañero Ismael se lanzó sobre la espalda del oso y lo mataba con un machete. Decidimos quitarle la piel para hacernos unos abrigos y pasar ahí la noche.
A la mañana siguiente, mientras íbamos en busca de Grilo escuchamos un ruido extraño detrás de un arbusto, resultó ser nuestra compañera Samari que se había quedado dormida.
Anduvimos unos kilómetros y nos encontramos con el territorio enemigo donde estaba secuestrado Grilo en una jaula. Esta estaba vigilada por dos simios y decidimos trazar un plan de rescate.
