Alumnado de 4º de ESO en Cádiz

Finalmente pudimos realizar nuestro viaje de fin de estudios al eliminarse las restricciones impuestas por el covid. Hemos podido disfrutar de tres días en la trimilenaria ciudad de Cádiz, que con su hermosa belleza y su espectacular historia nos ha enseñado que no necesitamos irnos muy lejos para saborear un gran viaje.

El primer día nos sumergimos en los principales hitos de Gadir-Gades, nuestro pasado fenicio y romano. Visitamos el Museo provincial, la factoría de salazones, el puerto fenicio aparecido hace pocos meses en la Cueva del pájaro azul, el yacimiento de Gadir y el teatro romano. Impresionantes todos. El segundo lo dedicamos al Cádiz de los cargadores de Indias, y recorrimos los principales enclaves relacionados con el comercio americano. Pudimos disfrutar de vistas impresionantes desde la torre de poniente de la Catedral y la Torre Tavira, donde visitamos su Cámara oscura, la más antigua de España.

El tercero lo dedicamos a conocer el Cádiz de las Cortes y la Pepa, la primera constitución española, aprobada en 1812 en la capital gaditana. Disfrutamos mucho con la maqueta de madera de la ciudad, encargada por Carlos III en el siglo XVIII con fines militares y, por ello, secreto de Estado, que se guarda en el Museo de las Cortes.

Mucha Historia, de la buena. Mucho aprendizaje, acompañado de buenos momentos de disfrute en la Playa de la Caleta e, incluso, algún regalo de Carnaval, como el concierto de Motor West y Los Vivos, celebrado en la Plaza de San Antonio. Y, sin duda, lo mejor: la convivencia en grupo, que ha sido extraordinaria.

Felices, pues, de este viaje y broche de oro para todo lo compartido y aprendido este año en VidaGraz: que hay que poner en valor lo nuestro, lo más cercano. En todas sus dimensiones: la Vida, la Historia y a las personas.

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