Durante este curso, además de la formación en centro que hemos llevado a cabo siguiendo las indicaciones de Juan Vaello, hemos formado un GRUPO DE TRABAJO, integrado por más de diez profesores y profesoras, en torno al Eneagrama de la personalidad en el aula.

Hemos tenido varias sesiones y elaborado tres presentaciones. En estas sesiones hemos aprendido qué es el eneagrama, su aplicación en el aula, tanto entre el alumnado como entre el profesorado. Así mismo hemos realizado tests y nos hemos introducido en otros estudios de la personalidad, como la teoría de los temperamentos, el análisis transaccional, o el test junguiano Myers Briggs. También hemos visionado documentales introductorios al eneagrama.

Y, sobre todo, nos hemos hecho con una extensa bibliografía sobre el tema, gracias a la cual hemos sembrado, esperamos, una semilla que continuará creciendo durante el siguiente curso.

Eneagrama para docentes.

También hemos contado con la participación de una profesional, Carmen Tejón, que vino al centro a introducirnos en la temática.

Nuestra valoración es bastante positiva. La participación ha sido muy buena y bastante activa e interesada. Vaya aquí por delante nuestro agradecimiento a la coordinadora del grupo, Aitana Noguera. Así mismo también queremos agradecer el apoyo de nuestra asesora del CEP Paz Funes.

Este Grupo de trabajo, así como la Formación en centro con Vaello, está enmarcada dentro del Plan de Mejora de nuestro centro. Ahora vamos a explicaros un poco qué es el eneagrama y para qué nos ha servido, cuál ha sido para nosotros su utilidad.

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Eneagrama es una palabra que viene del griego enneas, “nueve”, y gramma, “signo”. Describe nueve actitudes elementales de entender el mundo: el perfeccionista, el servicial, el eficaz, el creativo, el observador, el incondicional, el optimista, el retador, el pacífico. Existen otras nominaciones para cada actitud. Personalmente prefiero nominarlos con un número, del 1 al 9, en aras de evitar la carga significante de cada adjetivo y para sortear que distintos autores emplean dististan nominaciones.

¿Cuándo surgió el eneagrama? Se vincula su origen a una tradición milenaria recogida más tarde por las místicas musulmana (sufismo) y judía (la Kabbalah). A mí me recuerda a la teoría griega de los cuatro temperamentos, proveniente a su vez de Egipto. Del mismo modo que los cuatro temperamentos hipocráticos se dividían en sanguíneo, colérico, flemático y melancólico, los eneatipos se dividen en una tríada instintiva, otra emocional y finalmente una mental. En Occidente, el eneagrama fue introducido a principios del siglo XX por el escritor místico y compositor armenio George Gurdjieff. En el siglo XXI, en educación y en psiquiatría ha conseguido una enorme divulgación de la mano del chileno Claudio Naranjo.

¿Para qué sirve el eneagrama? Propósito fundamental: conocernos mejor a nosotros mismos. No sirve para encasillarnos de modo determinista en uno de los nueve tipos de personalidad que describe, mucho menos para encasillar a los demás de un modo fiscalizador. Sirve para que, tras observarnos a nosotros mismos, reflexionemos sobre nuestro eneatipo y ver en qué direcciones crece o decrece. O sea, para encaminarnos hacia la superación.

Evidentemente el interés inicial, por lógica de la parte egoísta de la condición humana, será alrededor del eneatipo de cada uno. Si soy un 1, un 2, un 3… Hay que pasar ese sarampión. Luego, una vez más metidos en el tema, nos interesará más el eneatipo ajeno, qué eneatipos predominan en mis amigos, en mi pareja, en mis vecinos, en los personajes de la serie de televisión que veo, en mi centro de trabajo… en mis alumnos. Que es adónde queríamos llegar.

Podremos establecer cuál es el eneatipo que predomina en nuestros grupos de alumnos. Veremos que los empollones son 5, que los más artistas son 4, que los retadores son 8, que los vivalavida optimistas son 7, que muchos vagos son 9, que los colaborativos son 2, los perfeccionistas 1, los engatusadores 3.

Direcciones de crecimiento (integración) y decrecimiento (desintegración) de los eneatipos
Direcciones de crecimiento (integración) y decrecimiento (desintegración) de los eneatipos

Una vez establecido –mediante tests homologados por la bibliografía ad hoc– el eneatipo, importa la relación de éste con los demás. Hay eneatipos que crecen cuando se dirigen hacia otros eneatipos y otros que decrecen. Por ejemplo, el 5 decrece en dirección al 7 y crece en el 8; el 8 decrece en el 2 y crece en el 5, etc.

Igualmente es importante la vecindad entre los eneatipos. Porque nos influyen. Ejemplo: un eneatipo 5 con ala 4 sería un alumno o compañero intelectual con sensibilidad artística y algo egocéntrico, pero un eneatipo 5 con ala 6 sería un alumno o un compañero investigador que desea colaborar y trabajar en equipo, limando su egocentrismo.

Todos estos aspectos los desarrollaremos poco a poco. Este artículo se limita a una breve introducción. Simplemente acabar hoy recapitulando que hay dos fases iniciales en la introducción al eneagrama:

  1. Interés en identificar nuestro eneatipo y el de las personas que nos rodean.
  2. Interés en ayudar a desarrollarse a las personas de nuestro entorno, a nuestros alumnos y a nuestros compañeros, a partir del conocimiento que hemos obtenido. Por ejemplo: sabiendo que un alumno es eneatipo 8 (retador, indómito), de nada nos sirve empeñarnos en que actúe como un eneatipo 2 (servicial, cálido), que es donde decrece su personalidad. Deberíamos concentrarnos en ayudarlo a hacerlo más observador, más innovador (eneatipo 5), que es donde crece su personalidad. Claro que para esto hay que saber dónde crece y decrece cada uno de los nueve eneatipos.