Cada tercer lunes de enero se celebra el Blue Monday, el día más triste del año. Una efeméride que tiene cierta base científica desde su instauración en 2005.

Hummmm. Vamos a pensarlo. ¿Hay un día al año más triste que otros? Puede ser. Pero lo cierto es que todos estamos acostumbrados a que enero sea un mes largo y cuesta arriba. Y oscuro. Y frío. Pero es lo que toca por la época, y porque venimos del espejismo de las fiestas navideñas. Se nos hace largo porque tras el despilfarro de la Navidad, la mayoría no tenemos un euro, y nos gustaría que los RRMM nos trajeren una nómina para poder llegar a final de mes. Sí, todos nos gastamos más de lo que podemos con tanta comida y tanto regalo. Y por si fuera poco, tenemos que volver a la rutina, y no se avista una fiesta en el horizonte hasta casi dos meses después. Y además estamos llenos de virus que nos tienen maltrecha la salud y la nariz irritada con tantos mocos y tantas toses.

Y encima nos tientan con las Rebajas. Vamos, para escondernos y no salir hasta finales de febrero cuando vuelva el sol y se acerque la Semana Santa.