Vale, es primavera, pero esto no es JAUJA.
Cuand0 era pequeña y le pedía a mi madre algo, que era imposible que me diera, solía contestarme con un enigmático: «esto no es jauja» o un «a ver si te crees que esto es jauja». Y ya está, petición denegada. ¿Qué seria «jauja»? Con el tiempo descubrí que Jauja es una tierra soñada donde los ríos llevan miel y los árboles florecen con oro. O algo así.
Lo he recordado con una lectura que hicimos esta semana pasada. Los chicos no sabían qué era, y les dije que es un pueblo de Córdoba. Y es verdad, ahí está, a 20 Km de Lucena. En un precioso entorno natural rodeado de sierras, pinares y olivares, atravesado por el río Genil. Pero claro, no es el Paraíso. Como tampoco lo es el hermoso valle de Jauja en Perú, aunque quizás este sí se le aproximaba más, siempre antes de los colonizadores. Por eso se le identifica como «todo lo que quiere presentarse como tipo de prosperidad y abundancia» según el DRAE.
Pero cuando llega la primavera, sobre todo cuando llueve como este año, se produce un hermoso espejismo en nuestro campo y nuestros parques. Parecen un paraíso de verde y exuberancia. Los miramos asombrados, pero suspicaces. Son jauja. Pero durarán poco. Pronto se perderán entre nubes de alergias y sol abrasador.
Disfrutemos de ellos mientras aguantan y aguantamos.