Así se escribe la historia (60 Años del IES Virgen del Castillo de Lebrija: 1.952-2.012)
Nuestro centro matriz fue un instituto con una alto carácter agrícola y también ganadero, correspondiendo con el tipo de pueblo que éramos, una sociedad que vivía de y para el campo. El centro disponía de terreno donde se cultivaba la tierra, trabajándola los propios alumnos. Éstas eran sus prácticas agrícolas y también una fuente de ingresos para realizar los viajes y las excursiones de estudio.
Entre las instalaciones que disponían el antiguo instituto, debemos destacar el pabellón de gimnasia que estaba bastante bien equipado, así como un comedor y servicios de cocina para ser utilizados por muchos alumnos de régimen interno. Dormían en unas instalaciones fuera del centro, acompañado de algunos profesores. Pero además, disponía de unos talleres dignos de recordar, un taller de finales de los 60 a inicios de los 70 que constaba de taller de mecánica y carpintería y que era ocupado y trabajado por los propios alumnos.
Con el tiempo, el centro evolucionó de Instituto Laboral a Instituto de Bachillerato, aún se indica en la fachada, permaneciendo como centro de referencia comarcal, donde asistían alumnado de las localidades cercanas de Las Cabezas de San Juan, El Cuervo y Trebujena.
El instituto como centro educativo ha cambiado, se ha abierto a las nuevas tecnologías, las clásicas pizarras oscuras con sus tizas blancas se han ido reemplazado por las pizarras digitales y los libros de textos se complementan con ordenadores; también se ha incorporado el bilingüismo.
Nuestro centro desde su origen ha apostado por las actividades culturales y extraescolares, como un proyecto de formación humana.
El centro ha cambiado desde su existencia. Empezó siendo un instituto laboral, incorporando nuevos cambios educativos hasta llegar a la actual ESO, Bachiller, y Ciclo Formativo. Actualmente se imparten ciclo de Atención Sociosanitaria para atender la demanda profesional que surge con la creación de la Ley de Dependencia , ciclo de Integración Social y de Animación Sociodeportiva.
Pero a pesar de esos cambios hay algo en su sustrato común que permanece y que le da cierto toque característico al “Virgen del Castillo”. Entre sus elementos, siempre ha cumplido básica educadora, además de ser un proyecto vivo para conquistar un futuro humano.
Si queremos un fuerte que ande y camine, que sea el centro que deseamos tener, hay que colocar como principio básico lo que ya consideraron puestos antecesores, ganas de trabajar en un colectivo dirigido a ideas básicas comunes. Apostamos por una formación académica integral que enriquezcan las vidas de nuestros estudiantes, y que puedan tener del Centro Virgen del Castillo un recuerdo de un lugar donde se forjaron sentimientos y principios más profundos.