El elemento más simple del lenguaje visual es el punto. Como una letra o un fonema, un punto por sí sólo apenas contiene significado, pero al unirse a otros es capaz de comunicar una imagen con gran riqueza y nitidez.
En el ejemplo anterior vemos ampliado un detalle del centro de la imagen. Se aprecia cómo todos los matices del dibujo se consiguen mediante puntos de distintos tamaños y colores. El ojo de abajo, en cambio, está formado por puntos negros de diferente tamaño.
En ambos casos los puntos son el resultado de un procedimiento técnico. Pero también podemos pintar o dibujar con puntos sin necesidad de maquinaria sofisticada, como en este autorretrato de la ilustradora Noli Novak.
Podemos dibujar puntos con los instrumentos de dibujo habituales: lápiz, rotulador, pincel…
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