Caso «Familia, trabajo y distancia»

Hoy te voy a hablar sobre cómo influye en las familias y la educación de los menores el trabajo y la distancia, es decir, cuando no hay tiempo para poder estar con tus hijos/as y educarlos tranquilamente. 
Caso «Familia, trabajo y distancia» 



María 37 años viene a mi consulta porque tiene problemas con sus hijos, ella trabaja toda la mañana y parte de la tarde a 1 hora de distancia de su casa, y cuando llega con su familia me comenta que sus hijos le faltan al respeto constantemente y no le hacen caso cuando les dice que tienen que respetar las normas de convivencia de la casa: recoger la mesa, estudiar y ver la televisión en un horario concreto, no utilizar el móvil, etc. María  es madre soltera y tiene un hijo de 5 años y una hija de 12 años. 

Es importante cuando estamos hablando de la educación de menores que nuestro ejemplo sea acorde o esté en concordancia con lo que les pedimos a nuestros hijos e hijas, porque si no somos un buen ejemplo difícilmente les podremos exigir o castigar a nuestros hijos/as porque no están haciendo las cosas bien, si fuera el caso. Cuando estamos en la labor educativa esta tan importen, o más, reseñar las cosas que se hacen positivas, y minimizar los reproches hacia los menores. La mejor estrategias para que las normas se respeten, es respetarlas nosotros y nosotras, y que nuestros hijos e hijas formen parte de la elaboración de esas normas, que se sientas partícipes y que se tiene en cuenta su opinión, siempre dentro de lo razonables y eso también hay que hacérselo entender. 
La mejor recomendación para una educación adecuada de los hijos/as es que haya comunicación entre ambos, un espacio donde poder expresarse y respetar la opinión de otro, sin interrogatorios propiciando una charla tranquila y calmada.
La distancia no es tanto mientras se tenga siempre presenta que la comunicación, la confianza y el respeto tiene que formar parte de los valores de una familia, así como los padres y madres tiene que tener claro que son un ejemplo a seguir por sus hijos e hijas.

Reflexiones y consejos «Educación en Familia»

Empezamos un nuevo mes y con él un nuevo tema Familia y Educación. La educación en general ha estado unida a la familia de una forma natural. Son los padres y madres (principalmente ellas) las que han sido tradicionalmente y son en la actualidad los principales actores de los procesos educativos. Y digo bien, de forma natural, ya que es en el seno de la unidad familiar (adopte esta la forma que adopte) dónde inicia el aprendizaje todo ser humano, toda persona. 
La familia como agente socializador es el canal más importante y trascendente de toda la educación que recibimos. No es solamente el elemento transmisor de cultura y con ello de valores y normas de conducta, sino y mucho más importante es el modelo de estilo de vida con el que todos comparamos las experiencias que vivimos a lo largo de nuestra propia vida, es nuestro punto de referencia. Por eso hay dos reflexiones que hacer necesariamente: la primera que debemos invertir todos nuestros esfuerzos en proteger a la familia si queremos crear una sociedad de personas libres e iguales. La segunda es que hay que reflexionar más sobre el cómo, cuándo y porqué de la función de los padres y madres en este proceso educador (sobre todo la de ellos). 
Ser madre es a la vez triste y grandioso, hay algo que se separa de una misma para ser algo diferente, pero en eso que es distinto de ti misma puedes ver la huella de tu naturaleza y del modelo que has trasmitido. Pero la experiencia de ser madre o padre en el mundo que vivimos y que estamos creando, queda completamente reducida a un trae y lleva a tus hijos e hijas de un lado a otro, de un cole a otro, de una actividad a otra y de una casa a otra (la de los abuelos y abuelas o los tíos y tías) No tenemos tiempo para nada y menos para disfrutar de la familia y aprender y enseñar en ella. Nuestra sociedad olvida el papel fundamental que la familia desarrolla y con ello empeora todas nuestras posibilidades de futuro. 


SOLO LA EDUCACIÓN NOS DA LA OPORTUNIDAD DE SER VERDADERAMENTE LIBRES E IGUALES 

HASTA LA SEMANA QUE VIENE.

Casos «El respeto en los jóvenes»

Hoy te voy a hablar sobre jóvenes y sobre respeto, a veces creemos que ciertas formas de hablar de los jóvenes son faltas de respeto, y en consecuencia acabamos como madres y padres, faltándoles nosotros al respeto, lo cual es un mal ejemplo. Aquí trataré dos casos que espero te sirvan de ayuda. 
«El respeto en los jóvenes» 
Caso I 

Antonio 45 años viene a mi consulta porque tiene problemas de comunicación y entendimiento con su hijo Ramón de 15 años. Al parecer, su hijo hace las tardes de clase muy rápido y enseguida se quiere ir conectarse a internet o jugar con la consola. Antonio cree que debe dedicarle más tiempo al estudio y siempre acaba discutiendo con su hijo sobre el tema, además los fines de semana, su hijo se pasa el día fuera con los amigos y apenas para por casa. 

Es importante saber si el rendimiento de su hijo es bueno y los resultados en el instituto son satisfactorios, si esto es así no es necesario que dedique más tiempo al estudio, sin mayor razón, sería más interesante indagar o preguntarle lo que más le gustase de los estudios que está cursando, y entre ambos buscar por ejemplo: libros relacionados con el tema para que pudiese leer, ir a ver alguna exposición, mantener conversaciones sobre esos tema con su hijo. Con respecto al fin de semana, en el desarrollo de una persona y más en la adolescencia hay que fijar unas normas, pero a la vez ser conscientes de que los hijos se hacen mayor y se les debe dar la posibilidad de tomar sus propias decisiones y ser responsables. Si lo que preocupa, por ejemplo: es que sale mucho o que no avisa de cuándo va a volver, lo mejor es establecer pacto, sentarse con su hijo y entre los dos buscar un equilibrio satisfactorio para los dos, respetando la postura de ambos. 
Caso II 

Carmen de 17 años viene a mi consulta quejándose de su madre y su padre y del trato injusto que tiene con ella. Carmen es responsable, trabajadora y luchadora, no se conforma fácilmente y suele replicar a sus progenitores cuando le parece que algo no es justo, este comportamiento no es del agrado de ellos, por lo que en más de una ocasión la han castigado por «respondona». A Carmen le gustaría hacer que entiendan que igual que ella no tiene la verdad absoluta, ellos tampoco y debería empezar a tratarla como una persona madura, porque no es una niña pequeña y sabe pensar por sí misma. 

En este caso que acabo de describir, sería importante que como en el anterior Carmen estableciera unos pactos con sus progenitores y les hiciera ver con su ejemplo y sus razonamientos que es responsable y que tiene derecho a equivocarse también y es de sabios rectificar, son cosas que ella debe aprender y eso solo será posible cuando su madre y su padre la traten como una persona con sus propias opiniones, y deben respetar que tenga otra forma de pensar distinta a ellos. 

Reflexiones y consejos «el lenguaje de los/as jóvenes»

Una de las formas de expresión más comentada en los últimos tiempos es el lenguaje de los jóvenes. Son muchas las voces que se alzan en relación a que los jóvenes están reduciendo, empobreciendo y perdiendo formas de expresión. Desde aquí queremos subrayar también sus valores y sus contribuciones al desarrollo y el cambio en las maneras de expresar, las más de las veces, las mismas cosas. 
A nadie se le escapa que la lengua es un instrumento vivo y en continuo cambio, evolución, trasformación. Y nadie ignora que en todas las culturas existen formas de expresión que son las consideradas correctas (pedir las cosas por favor, dar las gracias cuando las recibimos, etc.) Pero también es cierto que evolucionan, se adaptan a las nuevas formas de vida y a las nuevas relaciones sociales. 
Los jóvenes son los actores de este cambio, ellos nos traen sus nuevas costumbres, asimilan rápidamente las nuevas relaciones sociales y la incorporación de nuevos lenguajes y sistemas, como el de las nuevas tecnologías en la actualidad. Parecen groseros, mal educados, respondones, y en algunas situaciones despreciables. Pero, quizá se nos olvida muy a menudo, que en otra época de nuestra vida, éramos nosotras y nosotros a los que se nos tachaba de lo mismo y con ello, se nos olvida cómo hemos visto incorporar nuestras costumbres al lenguaje habitual y ya no parece tan exageradamente fuera de tono, incluso muchas de ellas han pasado a ser habituales de nuestras expresiones cotidianas, (llamar tío o tía a un hombre o a una mujer, poder decir que algo es un coñazo sin que suene escandaloso, etc.) Y olvidamos la economía en el lenguaje que es regla general para todas las lenguas orales a través de la cual tendemos a reducir los requisitos para expresar un mensaje. 
Más bien, diría yo, que lo que hay que hacer es escuchar más a la gente joven, observar muy de cerca su evolución, los cambios en sus costumbres y en sus formas de expresión, y valorar en ellos lo que tienen de mejora en cuanto a las relaciones humanas. Hay que aprender a seleccionar la frescura y la nobleza de la juventud en su permanente aporte de innovación en todos los aspectos de nuestra vida, y dejarnos de cargar sistemáticamente contra ellos como si fueran unos apestados y no tuvieran nada que aportar.


CONSERVAR LA INQUIETUD DE LA JUVENTUD, ES EL RETO DEL PASO DEL TIEMPO QUE RESECA SIN PARAR EL JUGO DE LA AVENTURA DE VIVIR.
HASTA LA SEMANA QUE VIENE.

Caso «No es amor»

Hoy te voy a hablar sobre casos donde no es el amor el fin, donde aunque piensas que tu pareja lo hace porque te quiere, realmente no es así, son situaciones que muchas veces pasamos por alto por la costumbre que tenemos de vivirlas nosotras y nosotros, así como la sociedad que nos rodea. 
«No es amor» 
Caso I 

Miriam de 18 años viene a mi consulta echa una furia, me cuenta que ha tenido un problema con su novio, en otras ocasiones habíamos estado trabajando problemas menores. Me comenta que en conversaciones aparentemente normales, sobre problemas que tienen en su pareja, él le suele decir a ella que es un «desastre» en plan gracioso, también tiende a decirle las cosas que no hace bien, lo malo es que no suele decirle las que si hace bien. A ella no le gusta eso y además hace que se sienta inferior pensando que el problema es suyo, y por más que se lo ha dicho él no cambia su actitud, ni la manera en la que le dice ese tipo de comentarios. Esto ha acabado llevando a una discusión, donde él le ha dicho que siempre está buscando problemas donde no los hay, que parece que nunca tiene suficiente. 

Este caso hay un grave problema de respeto, ya que por mucho que no te agrade el comportamiento de tu pareja hay muchas maneras de decirle lo que piensas y nunca es aceptable el hacer que se sienta inferior o no escuchada. Todos nos podemos equivocar, todos podemos decir algo que no es o que no es acertado, y por ello es de sabios rectificar y pedir perdón. Además, en demasiadas ocasiones, equivocamos el humor y su utilización y podemos no darnos cuenta que estamos haciendo daño a la persona que queremos diciéndole algo que puede afectarle a su autoestima y a su concepto de sí misma. Lo que yo le recomiendo a Miriam es que se siente con su pareja y le diga cómo le hace sentir, y que si se lo vuelve a hacer lo mismo en algún otra ocasión, le digo que aplique la técnica de los hechos consumados, responderle de una forma parecida en una circunstancia en la que él no lo este haciendo bien y luego preguntarle cómo le hace sentir eso, de este modo se dé cuenta que es lo mismo que él le hace a ella, y que no es agradable. Tengo comprobado, después de años de experiencia, que hasta que no vivimos una situación parecida, no somos capaces del todo de ponernos en la situación de la otra persona. La empatía es una habilidad que se aprende, no una habilidad que nos venga dada. 
Caso II 

Ana de 40 años viene a mi consulta se siente muy mal consigo misma y viene buscando técnicas de motivación y autoestima, me explica que ella es una persona muy activa y sociable que se trata con mucha gente y está dentro de la asociación de vecinos de su barrio, le gusta ir al cine, salir con sus amigas,… Pero últimamente, siente que nada de lo que hace ayuda a mejorar su estado y a que se sienta mejor consigo misma. Le pregunto qué tal con su pareja, me dice que muy bien, que es muy atenta con ella, que está siempre que necesita su ayuda, pero en el último momento me dice que apenas hacen cosas juntos y que cuando le propone algo, le contesta con evasivas o posponiéndolo porque tiene otras cosas pensadas hacer, que no son con ella. Pero ella no cree que sea ese el problema, piensa que es ella que se ha aburrido de hacer tantas cosas y no le llena nada 

Le digo a Ana que puede que una parte sea el exceso de cosas que hacer, y poco tiempo realmente para ella misma, pero ese exceso de actividades no deja de demostrar que hay un problema de fondo, y es muy probable que esté relacionado con el no poder realizar actividades conjuntas con su pareja o que su pareja parece que no quiere. En primer lugar, le recomiendo a Ana que debe reducir su número de actividades y hacer cosas para ella, no que solo beneficien o hagan bien a los demás, porque esa es una tendencia muy común en las mujeres y en ese momento se tiende a olvidar que también hay que cuidarse y cultivarse a una misma, haciendo actividades como: ir a un spa, un paseo en bici, un viaje, leer un libro que siempre quisiste leer, cosas que te gustan y siempre sueles dejar para otro momento. En segundo lugar, debe hablar con su pareja, preguntarle en un momento donde ambos estén a gusto y relajados porque no quiere realizar actividades con ella, y proponerle que busque actividades en común y establezcan un día para empezar a hacer algo juntos, y vea como les va, la idea es reavivar el tiempo juntos y disfrutarlo.

QUÉDATE CON QUIEN SUJETE TUS MIEDOS
Y NO SÓLO TU MANO

Palabras que matan y palabras que hacen cercer

Es interesante el lenguaje como instrumento característicamente humano. Se diría en principio que es en sí mismo inofensivo, ni bueno ni malo, solamente un instrumento que tienes la capacidad de usar y por ello lo puedes usar bien o mal, lo cual facilita o entorpece su función principal, la comunicación. Pero no es así. 
Desde el principio, venimos reflexionando a lo largo del mes de octubre en nuestro blog, cómo el lenguaje encubre o manifiesta determinadas realidades. Hemos visto también, cómo el lenguaje nos permite pensar la realidad y con ello pensar de una determinada manera, llegando a confundir la realidad con lo que describe el lenguaje. Por todo ello venimos comentando, y de paso denunciando o poniendo en evidencia, que el lenguaje es, muchas más veces de lo que creemos, una manipulación de la realidad, una forma sutil de convencernos de que la realidad es de la manera que interesa a alguien, o que nos tenemos que conformar con ella porque son hechos. Hoy no me interesa fijarme tanto en la manipulación que puede producir, sino en las repercusiones que tienen el lenguaje por sí mismo según lo utilicemos. 
Sabemos que no es lo mismo que te digan que algo lo has hecho mal insultándote mientras te sueltan todo tipo de improperios, que hacerlo mientras pacientemente se te explica dónde está el error, e incluso cómo corregirlo o mejorarlo. Pero no muy a menudo caemos en la cuenta que estas acciones lingüísticas no sólo son desagradables o agradables, también crean y destruyen personas, dejan huella y dicha huella muchas, las más de las veces, es imborrable. 
A las personas las cosas que les decimos les afectan, y les afectan más, dependiendo de quienes las digan. Es verdad que hay algunas personas a las que parece, que lo que les decimos les resbala, pero a la mayoría, sólo por el hecho de quien lo dice (o de quien estaba delante cuando lo dijo), les dejan tanta huella que es posible que no se puedan recuperar nunca del daño que les produce. Estas personas, a partir de ese momento, empiezan a sentirse inútiles, idiotas o ignorantes y no dejan de sentirlo con facilidad si no lo analizan, o les ayuda un profesional. Otras veces, al contrario, las palabras animosas de alguien nos marcan para toda la vida, nos dan ánimos, nos incitan a la superación o nos mejoran como personas, entonces tampoco olvidamos con facilidad la contribución de esas personas al desarrollo de nuestra identidad personal. 
La reflexión profunda y necesaria sobre todo esto es que caigamos en la cuenta de que ya que está en nuestras manos, o mejor dicho en nuestras formas de expresión, la posibilidad de hacer de nuestra expresión algo que mejore nuestra vida o que la empeore, nos interesa a todos y a todas que el lenguaje tienda puentes entre nosotros y nosotras, y nos ayude a crecer siempre y no debemos permitir que se convierta en un arma arrojadiza a través de la cual destruimos a las personas de nuestro alrededor sin tener el más mínimo miramiento, o sin hacernos conscientes del papel que tenemos en nuestra relación con los demás. 
Hagamos un mundo mejor poniendo de nuestra parte el expresar las cosas del modo más constructivo posible y en resumen como nos gustaría, como mínimo, que nos lo hicieran los demás. 


EXPRÉSATE DE FORMA CONSTRUCTIVA, LAS PALABRAS QUE NO CONSTRUYEN, DESTRUYEN, EMPEZANDO POR TÍ. 

HASTA LA SEMANA QUE VIENE

Actualizarte con libros sobre equidad e igualdad de género

Hoy te traigo un conjunto de libros que te servirán para actualizarte con respecto a temas de equidad e igualdad de género. 




Buenos tratos: prevención de la violencia sexista (Talasa) 2010 de María Antonia Caro Hernández (Autora), Fernando Fernández-Llebrez (Autor) 

Extracto. © Reimpreso con autorización. Reservados todos los derechos. 
Este ensayo condensa reflexiones del Programa socioeducativo antisexista por los Buenos Tratos, una iniciativa protagonizada por chicos y chicas jóvenes y dirigida preferentemente a ellos, pero también de interés para cualquier persona que se quiera adentrar en el complejo mundo de las relaciones interpersonales. Desde una perspectiva social e individual, se reflexiona sobre las herramientas del Programa PLBT; los avances y retos en relación con la igualdad entre mujeres y hombres; las causas de la violencia sexista y los antídotos contra ella; los cambios y persistencias en las subjetividades masculinas y femeninas; el amor y la pareja; la sexualidad, y, finalmente, sobre la resolución pacífica de los conflictos. El Programa PLBT se sitúa en lo que William Ury denomina el Tercer Lado, es decir, las personas o grupos de la comunidad que intervienen para prevenir la violencia, e incide en sus factores de riesgo y potencia una cultura común de la paz, el diálogo y la no violencia. Dicho con sus propias palabras: “El tercer lado somos nosotros, cada uno actuando individualmente o todos nosotros actuando juntos”. 
Información de: Amazon

Prevención de violencia interpersonal; en la pareja y… mucho más (Talasa) 2008. Autoras/es: González Paredes, Belén; Habas Luque, Pilar; Parra Abaunza, Noemí; Vaquero Narros, Carlos; Caro Hernández, Antonia; Miñan Nobs, Nora
Reseña 
Estos documentos, al igual que el programa PLBT, persiguen un aprendizaje de buenas prácticas y habilidades para mejorar las relaciones interpersonales. Se basan en la capacidad de las personas para gestionar nuestros afectos apoyándonos en valores como la igualdad entre mujeres y hombres, la autonomía personal, la resolución no violenta de conflictos, la libertad para decidir sobre nuestras vidas, etc. Por ello, contienen también una vertiente crítica contra mitos y concepciones sobre el amor y la pareja que condicionan negativamente la manera de vivir nuestros afectos. Son instrumentos para una elección más consciente en el plano emocional, de manera que cada quien pueda trazar su propia hoja de ruta personal. 
La asunción de valores que se propugna y el compromiso activo con ellos, proporcionan a unas y otros mayor satisfacción personal y felicidad, al tiempo que contribuyen a una sociedad mejor. En ese sentido, es también una propuesta que apela a la responsabilidad de todo ciudadano y ciudadana con el modelo de sociedad que estamos construyendo. 
Los materiales didácticos contenidos en esta publicación están concebidos para su uso por personas formadoras, particularmente del profesorado. No obstante, la invitación a la reflexión sobre esta esfera particular y compleja de las relaciones de pareja trasciende el ámbito educativo. 
SOSMi chico me pega pero yo le quiero: como ayudar a una chica que sufre los malos tratos en su pareja (en papel) Fernando Galligo Estevez , pirámide, 2009
Resumen del libro 
Este libro que tienes ahora en tus manos puede ser de gran ayuda para ti o cualquier persona de tu entorno, especialmente si es joven y sufre maltrato en su pareja. Se pueden corregir mitos e ideas erróneas que aún hoy existen sobre la denominada violencia de género y descubrir las principales señales de alarma cuando empieza una relación de maltrato que puede tener graves consecuencias en la salud psicológica, afectivo-sexual y física de las personas que la sufren. Para ello, en esta obra se analizan algunos casos reflejados en los medios de comunicación españoles y se incluyen testimonios de jóvenes que han superado de forma positiva el maltrato en la pareja. Asimismo, el autor propone pautas para la prevención, un plan de autoprotección personal y de valoración del riesgo, y orientaciones sobre qué conviene hacer y no hacer en situaciones de maltrato, cuándo es necesario solicitar ayuda psicológica especializada y por qué es muy eficaz la asistencia a grupos de apoyo psicológico para poder volver a vivir feliz sin malos tratos. 
Información de: Casa del libro 

Tú haz la comida, que yo cuelgo los cuadros Autor: Miguel Lorente Acosta
No es de extrañar que muchas mujeres jóvenes, y no tan jóvenes, piensen que no viven en un mundo machista porque, gracias a la lucha de otras mujeres en el pasado, existe la igualdad de sexos en nuestra sociedad. Sin embargo, Miguel Lorente, médico forense y acreditado experto en violencia de género, nos explica que, aunque todavía no sean conscientes de ello, seguramente esas jóvenes ya se encuentran atrapadas en situaciones no igualitarias y seguirán encontrando palos en las ruedas a medida que traten de avanzar en sus carreras profesionales, y también en sus vidas privadas; del mismo modo que muchas de las mujeres de más edad que antes soñaron la libertad, no han podido salir de los espacios y estereotipos que las atraparon. 
En estos años hemos aprendido a identificar las consecuencias devariosfactores como la discriminación, losunosresultados más graves de la violencia o la desigualdad salarial; no obstante, no conocemos las trampas que la cultura tiene distribuidas por el terreno de la convivencia, para que todo transcurra de la forma prevista y dentro de los límites establecidos para hombres y mujeres. 
No hay inercia en el la lucha contra lo establecido, dejar de actuar significa retroceder. La situación nos muestra que queda mucho por hacer, no sólo en el abordaje de las manifestaciones de la desigualdad, sino, y sobre todo, en la transformación de las circunstancias que dan lugar a ellas. 
En Tú haz la comida, que yo cuelgo los cuadros, se muestran las trampas que esconde nuestro mundo, unas directrices aparentemente menos rígidas que antaño pero que tienen la misma finalidad de siempre: que nadie se salga del sistema establecido. Estos ardides, aunque ideados para controlar a mujeres, también están despertando el rechazo de algunos hombres que no quieren encajar en los roles tradicionales. Y es que, tal y como decía Simone de Beauvoir: «el problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres». 
Información de: Planeta de libros 
De este último libro os recomiendo una publicación de internet:
Y una entrevista que he podido encontrar en youtube muy interesante:
Que pases un buen fin de semana, nos volveremos a ver el martes.

Caso «No diálogo en la pareja»

En esta ocasión te voy a hablar sobre la comunicación en la pareja o mejor dicho cuando no hay comunicación, creo que muchas personas alguna vez se han visto en esta situación y han sentido impotencia, frustración, desánimo… Espero poder resolver algunas dudas y que mis consejos te ayuden. 
«No diálogo en la pareja» 
Caso I 

María de 29 años viene a mi consulta muy cabreada y decepcionada con su pareja, llevan viviendo juntos desde hace un par de años y no dejan de tener siempre el mismo problema relacionado con las tareas de la casa, parece ser que al trabajar María desde casa su pareja Juan entiende que ella se debe encargar de las tardeas del hogar, ya que el está fuera trabajando y es el que tiene un sueldo fijo, esto no es algo que le haya dicho a María así, pero ella siente que al no hacer su parte del las tareas es como si se lo estuviese dando a entender. Ella me comenta que se siente infravalorada por su pareja y que ya no sabe como decirle las cosas, sin que acabe en una discusión y que al final ella sea la histérica que solo ve problemas en todos lados cuando no los hay, este es un comentario que a veces le hace su pareja en estas situaciones. 

Al acabar de contarme su problemática le digo a María que aunque se ha avanzado mucho con respecto a la conciliación de la vida familiar y cada vez más hombres y mujeres reparten las tareas de la casa en igualdad, todavía queda mucho camino por andar. 
Le recomiendo que lo primero que debe hacer es sentarse con su pareja un día que ambos estén calmados, un domingo por ejemplo y saque el tema, que le haga entender que ella dedica el mismo tiempo a trabajar que él, solo que desde casa y eso no le deja más tiempo para realizar las tareas, que le diga cómo se siente cada vez que se repite una situación de ese tipo. También debe comentarle que cuando le dice algo no es con la intención de reprocharle nada, simplemente quiere que la tenga en cuenta y que le demuestre que la ha escuchado con hechos. 
María también me comenta que se ha dado cuenta que necesitan comunicarse mejor, por lo que le recomiendo que eso también se lo diga a su pareja y que el mejor modo de propiciar una buena comunicación es en momentos tranquilos y relajados. Incidiendo en algo que es muy importante, cada vez que él falta a sus acuerdos comunes, esta faltándole al respeto a ella y a la relación que han construido juntos. 
Caso II 

Raúl y Ángela de 32 y 34 años viene a mi consulta y cuando les pregunto cuál es el problema por el que están allí, empiezan a hablar los dos a la vez, impidiendo que el otro explique la situación. Les digo que por favor hablen de uno en uno, y que elijan quien será el primero en hablar, y no se ponen de acuerdo. Viendo la situación decido que empiece a hablar Raúl. Empieza contarme que su pareja no le entiende, que se lo toma todo como si fuera una ofensa hacia ella, como si él quisiera atacarla todo el rato, y no es así, simplemente esa es su forma de pensar y actuar. Todo surge, me cuenta, porque decidieron ir a un concierto juntos al que ella quería ir aunque no les suele gusta la misma música, pero decide acompañarla. El día del concierto van al sitio, que es al aire libre, y hace bastante frió así que él está parado mientras que tocan los teloneros, empieza el grupo a tocar y su pareja le anima a cantar, a moverse, y él lo hace a su manera, pero ella de pronto le da un tortazo en el brazo. Él no entiende nada, y el resto del concierto ella ni le mira y luego a penas le habla. Desde entonces no han vuelto a hablar del tema y la cosa esta tensa entre ellos, aunque él no entiende la razón.

Posteriormente, le digo a Ángela que explique su punto de vista y muy cabreada dice, que no lo entiende porque no le da la gana, que una semana antes le había dicho que le hacía mucha ilusión ir a ese concierto, que por favor no fuera a estar como un palo sin moverse como otras veces, que este grupo de música también le gustaba a él, así que había que divertirse que hacía mucho tiempo que no hacía nada así juntos. Ya en el concierto él estaba como siempre parado sin moverse y cuando empezó el grupo ella esperaba que el saltase y cantase las canciones que conocía y nada de nada. Ella se cabreó porque no le suele pedir cosas de ese tipo, y siente que se esfuerza haciendo las cosas que a él le gustan. 

¿Cuál es el problema aquí? Les pregunto, pero antes de que hablen los dos a la vez, digo mirad vuestros problemas son dos: uno la comunicación y el otro tener en cuenta a vuestra pareja y sus deseos. Para que una pareja funcione tiene que haber equilibrio, ambos debéis sentir que el otro os tiene presente y que es consciente de vuestros intereses personales, ya que cuando pensamos en el otro en vez de en nosotros/as tenemos mucha capacidad de empatizar y de comprender a la otra persona. El problema de comunicación en este caso está en que Ángela le dijo Raúl que le hacía mucha ilusión, ella esperaba que él no repitiera una conducta que a ella no le gusta, esperaba que hiciera una excepción ese día, ya que es la persona a la que quieres, y por eso el cabreo al ver que él volvía a repetir esa conducta, y para ella implicaba que no había escuchado nada de lo que le había dicho
Mi recomendación es que debéis buscar un equilibrio a lo que hacéis juntos, igual al principio debéis establecer una pautas fijas en casos concretos, pero a la larga lo asimilareis como norma y ya lo haréis de forma automática.

Silencios y soledades «lenguaje como arma o como comunicación»

En esta ocasión vamos a hablar de la función principal del lenguaje y como puede ser usado como medio de comunicación y como arma arrojadiza de destrucción. 

Nuestra peculiar forma de comunicarnos a través del lenguaje es una de las características más humanas, no porque nos permita trasmitir y compartir una cierta información (eso lo hacen los seres vivos), sino porque nos permite clasificar la realidad que nos rodea en palabras, de modo que podemos pensar en ellas aunque no tengamos delante de nosotros las cosas. 
El lenguaje nos permite comunicarnos, llegar a acuerdos, trabajar juntos, colaborar en la adquisición de nuevos conocimientos, valorar la realidad y lo que pasa en ella y compartir nuestra visión de la misma. El lenguaje es en eso creativo de identidades, nos aporta humanidad, nos exige respeto y nos hace más humanos y nos permite crecer como personas y como especie. 
Pero el desarrollo adecuado del lenguaje depende, como en otras capacidades humanas, del uso que queramos hacer de él, de nuestra voluntad a la hora de comunicarnos. Y para ello son necesarios algunos requisitos básicos entre los cuales destaco la voluntad de hacerse entender y la de entender a los demás. 
Conocemos bien el refrán que dice: “A buen entendedor pocas palabras bastan”, y casi todo el mundo tiene claro que entender a alguien depende mucho de la atención y voluntad de quien escucha y pone interés en lo que se le está diciendo. Pero no me parece menos importante la voluntad de hacerse entender, el esfuerzo por explicarse bien y, más todavía, el esfuerzo por explicar lo que se piensa, no quedárselo dentro dejando a los demás en la ignorancia de lo que ronda nuestra mente. Luego, a veces en vez de diálogo, nos sale como reproche. Pero, si no lo hemos dicho, ¿cómo podemos reclamar que no se nos tiene en cuenta o que no se nos ha hecho caso? La cuestión es, que las más de las veces, las personas que usan el lenguaje para insultar, ridiculizar, o minimizar a alguien, previamente han ocultado o sus ideas o sus intenciones y con ello nos dejan sin defensa posible y nos empequeñecen culpándonos de cosas de las que son ellos los únicos responsables. 
Desconfía de las personas que no te dejan explicarte, que no colaboran en entenderte, o quieren manipularte o en el peor de los casos sólo pretenden imponerte sus ideas. Pero desconfía también de toda persona que no se esfuerce por explicarse lo mejor posible y que la entiendas, o no tiene nada que decir o sus intenciones no son confesables. 

APRENDE A CONOCERTE Y VALORARTE PARA QUE NO PUEDAN DESTRUIRTE CON EL LENGUAJE

HASTA LA SEMANA QUE VIENE

Actualízate con Naomi Klein

Hoy quiero hablar sobre una noticia que leí hace unas semanas en el diario SUR «la mujer que pone verde a los poderosos»
Antonio Corbillón autor de esta noticia, podemos ver como en la primera parte de la noticia nos encontramos con los siguientes titulares: 

«La escritora y activista Naomi Klein, una de las cien mujeres más influyentes del mundo, desenmascara a los millonarios Richard Branson, Bill Gates, Al Gore y Michael Bloomberg y cuestiona sus inversiones altruistas en medio ambiente»  


«Sacó los colores a las marcas de ropa por sus sueldos de miseria en Asia. Después, a los que hacen negocio con guerras y tsunamis… Ahora, Naomi Klein advierte: «La gran batalla del cambio climático es contra la hipocresía que hay detrás del negocio medioambiental»» 

              Naomi Klein / Ed Kashi 
¿Eres consciente del cambio climático? ¿te preguntas alguna vez como te puede afectar? Posiblemente, alguna vez cuando ocurre un fenómeno extraño como que granice en pleno agosto o que en la televisión se hable sobre las protestas de greenpeace, te plantees como puede afectarte el cambio climático (te confieso que a mí me pasa también algo parecido) a tu vida. 
Hay que tener en cuenta que la situación de crisis que vivimos en España y a nivel mundial, hace que tus preferencias sobre lo que te preocupa sean más concretas, ¿sabes lo que pienso? que detrás de la crisis hay intereses ocultos en que no miremos hacia ciertos lugares, como por ejemplo: el cambio climático. 
Pero este tema nos afecta a todas las personas que conformamos este mundo, no te has planteado nunca si el aumento de las discapacidades no puede venir relacionado con el cambio climático, o si el aumento de alegrías algunas muy específicas, no tienen que ver con el tipo de envases que se utilizan, así como las condiciones de fabricación y elaboración de los mismos. La verdad eso me preocupa, me preocupa la poca información que tenemos, me preocupa que nuestros representantes no nos la den o no nos la quieran dar y leer esta noticia supone un poco de luz en un cielo oscuro. Saber que en el mundo hay una persona como Naomi Klein capaz de hacernos llegar todas esas verdades, se merece nuestra atención y nuestra conciencia del mundo en el que vivimos. 
Acabo el día de hoy dejándote una última frase de esta noticia: 

«Y encuentra como única luz en el túnel la «coalición de las personas, no de las empresas»»
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