JOAQUIN ALBACETE Y FUSTER

Albacete y Fúster, Joaquín. Barcelona, 10.VII.1837 – Madrid, 7.VII.1906. General de división de Infantería de Marina, el mejor infante que ha dado la Armada, héroe de la Tercera Guerra Carlista en Somorrostro, Abantos y Murrieta y laureado por estas acciones, junto con su batallón.

Albacete ingresó en la Armada con el empleo de subteniente de Infantería de Marina (18 de marzo de 1852), por gracia, y fue destinado a la segunda compañía del primer batallón por disposición del comandante general del Cuerpo (29 de marzo). Fue su primer destino; se presentó en el Departamento de Cádiz (31 de mayo) y se examinó en el Colegio Naval Militar de las materias prevenidas en Real Orden de 13 de abril de 1840 y obtuvo las calificaciones siguientes: muy bueno en Aritmética, bueno en Geometría Especulativa y Práctica, bueno en Trigonometría Rectilínea, bueno en Táctica y Ordenanzas, mediano en idiomas y conocimientos de Dibujo y Álgebra.

Después de varios intentos consiguió ser destinado a la tierra originaria de su familia, Cartagena (16 de diciembre de 1853). Permaneció en este destino hasta que ascendió, por antigüedad, a teniente de Infantería de Marina (8 de noviembre de 1854).

El teniente Albacete fue designado para formar parte del batallón provisional de Cuba (8 de marzo de 1855). A su llegada a La Habana, pasó destinado a la 2.ª compañía del referido batallón. Fue designado Benemérito de la Patria por contribuir a sostener la integridad nacional en difíciles circunstancias y atravesar toda la isla de Cuba. Regresó a la Península (16 de septiembre de 1856) al disolverse el batallón. A su llegada, embarcó en la fragata Bailén para tomar el mando de su guarnición (26 de noviembre de 1856), donde se mantuvo hasta el 1 de mayo de 1857, que pasó a mandar la guarnición del vapor Pizarro. A continuación, fue destinado al tercer batallón de Marina (1 de agosto de 1857), siendo baja en el primero, que era el que proporcionaba las guarniciones de los buques, y asignado a la 7.ª compañía. Asciende a capitán (13 de octubre de 1858) y pasa inmediatamente a mandar la 4.ª Compañía del segundo batallón de Marina, con acuartelamiento en Ferrol. Se mantiene en el destino hasta que obtiene el mando de la 5.ª Compañía del sexto batallón de Marina, acuartelado en Cartagena (20 de abril de 1859). Emprende la marcha con su batallón hacia Madrid para tomar parte en la guerra de África (20 de diciembre de 1859) y el 16 de enero de 1860 se traslada hasta Puerto Real, para estacionamiento hasta el momento de trasladarse a aquel continente.

Se le designa para mandar una brigada en la campaña de Cuba, a las órdenes del general en jefe del ejército de aquella isla (19 de noviembre de 1895), y, por tanto, cesa en su anterior destino y se traslada a la isla a bordo del vapor correo Alfonso XII. A su llegada a La Habana, fue nombrado jefe de la primera brigada de la tercera división del primer cuerpo de ejército con acuartelamiento en Holguín. En este lugar permanece hasta el 7 de abril de 1896, que se traslada con su brigada a Mayari. Allí permanecerá hasta que por enfermedad se ve obligado a volver a la Península (4 de junio) y entrega el mando de la brigada al comandante militar de la citada ciudad. A su llegada, fija su residencia en Cádiz para su restablecimiento, lo cual consigue a finales de noviembre y, enseguida, toma posesión de la Subinspección de las fuerzas de Infantería de Marina del Departamento de Cádiz (30 de noviembre de 1896), para el que había sido designado nada más regresar de Cuba. Entre 10 de julio y 27 de octubre de 1897 es designado vocal especial del Centro Consultivo de la Armada y tiene que cesar circunstancialmente en su destino, pero lo recupera al terminar su labor en Madrid.

Asciende a mariscal de campo (9 de noviembre de 1899) y cesa en su destino, para ser nombrado inspector general de la Infantería de Marina y vocal del Centro Consultivo de la Armada. Permanece en el máximo empleo alcanzable por un infante de Marina hasta 13 de julio de 1905, que por haber cumplido la edad reglamentaria, pasó a la situación de reserva, permaneciendo en la Corte. No aguantaría mucho tiempo en esta situación; sus muchas estancias en lugares inhóspitos le terminaron pasando factura; fallecía en Madrid el 7 de julio de 1906 el mejor infante que ha dado la Armada.

Ciento diez años después de su fallecimiento los restos mortales del que fuera General Inspector del Cuerpo de Infantería de Marina y héroe de la tercera guerra carlista, reposan en el Panteón de Marinos Ilustres ubicado en la población militar de San Carlos en San Fernando (Cádiz). En efecto, dando cumplimiento a la Orden Ministerial 9/2016, el 4 de marzo, de 2016  y bajo la presidencia del Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, se procedió al enterramiento definitivo de sus restos mortales en el citado  Panteón.

Culmina así una larga ambición de los infantes de marina de ver a quién fuera uno de sus héroes más notables en el sitio que le corresponde.

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