CAUSAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Además de causas económicas (Crack del 29 y Gran Depresión) e ideológicas (advenimiento de los Totalitarismos), estudiadas en los temas anteriores, las causas más inmediatas de la Segunda Guerra Mundial se pueden dividir en dos partes: por un lado, el camino hacia la guerra iniciado por todas las potencias mundiales, haciendo especial hincapié en Japón, Italia y Alemania, que después formarán las potencias del Eje; y por otro lado, la política expansionista de la Alemania hitleriana, cuyo resultado fue el estallido de la conflagración mundial. Por ello en esta entrada os hablaré de ambas partes.

EL CAMINO HACIA LA GUERRA

Las resoluciones adoptadas al término de la Primera Guerra Mundial en el Tratado de Versalles van a ser constantemente discutidas y replanteadas por parte de Alemania que considera muchas de ellas como injustas y excesivas. Los acuerdos tomados en la Conferencia de Locarno en 1925 parecían inaugurar una nueva etapa en las relaciones internacionales, basada en un espíritu de colaboración en pro de la pacificación. Como resultado, Alemania ingresaba en la Sociedad de Naciones.

La Gran Depresión va a modificar los planteamientos de las relaciones internacionales en la década de los treinta. El emperador japonés Hiro Hito, Hitler y Mussolini se van a enfrentar con la Sociedad de Naciones. En 1931 el Gobierno japonés decidió apoyar la intervención de su ejército en Manchuria para defender sus intereses económicos: un año más tarde creó el estado-satélite de Manchukúo. La Sociedad de Naciones y los países occidentales, aunque no reconocieron a este nuevo Estado, acabaron aceptando los hechos consumados tras condenar la invasión.

Japón abandonó la Sociedad de Naciones en 1932 y al año siguiente Alemania tomó la misma decisión. Hitler había iniciado en este último país una política de rearme, evitando la supervisión franco-británica. Paralelamente tomaba la iniciativa en una expansión territorial que comenzó con el objetivo pangermánico de conseguir el “espacio alemán” (reincorporación del Sarre en 1935, ocupación de la Renania desmilitarizada en 1936, anexión de Austria y los Sudetes en 1938) para pasar a la conquista del lebensraum o “espacio vital” en 1939 (invasión de Checoslovaquia y Polonia).

La Italia de Mussolini inició un proceso similar en 1935: tras la conquista de Etiopía y la condena por parte de la Sociedad de Naciones, Italia decide abandonar este organismo. Con ello se aleja de Francia y Gran Bretaña (con las que se había reunido en Stressa unos meses antes de la invasión de Etiopía, para condenar el expansionismo alemán y garantizar la independencia de Austria) y consuma el acercamiento a Alemania.

El proceso expansionista de estos tres países estaba ligado a un exaltado nacionalismo que promovió su aproximación: en 1936 Alemania y Japón firmaron el pacto antikomintern, al cual se adhirió Italia en 1937. Poco antes, en la primavera de 1935, Francia y la URSS habían firmado un pacto de ayuda y asistencia que favorece el alejamiento del espíritu de Locarno y el recelo de Alemania. La Guerra Civil Española (1936-1939), con el apoyo de nazis y fascistas al bando de Franco, serviría para fortalecer la alianza entre Alemania e Italia. Por su parte, Japón comenzó en 1937 la guerra contra China que supuso el principio de la conflagración mundial en Asia. La guerra en España y China fueron el laboratorio experimental para alemanes y japoneses, pues gracias a ellas pudieron comprobar la debilidad de las democracias occidentales y su escasa decisión a intervenir frontalmente contra sus intereses. Igualmente les permitió probar su material bélico y adiestrar a parte de sus tropas, logrando en el caso alemán que su ejército fuese superior al francés desde 1937. Desde entonces Hitler se considera lo suficientemente fuerte como para lanzarse a la gran ofensiva que suponía la conquista del lebensraum.

LAS ANEXIONES TERRITORIALES DE HITLER

Las anexiones territoriales de Hitler, a partir de marzo de 1938, fueron cada vez más contundentes y originaron los cambios fundamentales en las relaciones intereuropeas que conducirán a la Segunda Guerra Mundial.

La primera anexión de Hitler consistió en la anexión de Austria a Alemania, el Anschluss. En julio de 1934 es asesinado el canciller austriaco Dollfuss. A partir de entonces Hitler intenta aislar a Austria y reforzar el partido nazi de este país. En febrero de 1938 presionó al canciller Schuschnigg para que nombrara al dirigente nazi Seyss-Inquart como ministro del Interior. A principios de marzo el canciller convoca un plebiscito para ratificar la independencia austriaca, pero Hitler exige que se aplace y que se nombre canciller a Seyss-Inquart; tres días después éste último se halla en el poder y las tropas alemanas invaden sin oposición el país, supervisando el plebiscito que por mayoría aplastante (99.75 %) decide la incorporación de Austria al Reich alemán.

La segunda anexión se preparó entre marzo y septiembre de 1938 en los Sudetes, territorio de Checoslovaquia donde vivían tres millones de alemanes que reivindicaban la autodeterminación. Para apoyarlos, Hitler decidió concentrar a 750000 soldados en la frontera checoslovaca y fortificar la frontera franco-alemana como medida disuasoria frente a las declaraciones francobritánicas de ayuda a Checoslovaquia. Ante el inminente peligro de guerra y por iniciativa del primer ministro británico Chamberlain, el 29 de septiembre de 1938 se reunieron en la Conferencia de Munich Chamberlain, el francés Daladier, Mussolini y Hitler; en esta ciudad Hitler obtuvo la anexión de los Sudetes y la conversión de facto del resto de Checoslovaquia en un estado satélite de Alemania. Como además firmó pactos de no agresión con Gran Bretaña y Francia, Chamberlain pensó haber conseguido una paz duradera.

La tercera anexión va a consistir en la ocupación de toda Checoslovaquia, en marzo de 1939, Hitler obliga al presidente checoslovaco a “entregar el destino del pueblo checo en las manos del Führer”, mientras que Eslovaquia se convertía en una nación teóricamente independiente.

Seis días después de la invasión de Checoslovaquia, Hitler anexionó Dantzig y Memel e inició las reclamaciones respecto a Polonia. Sin embargo, la declaración franco-británica de intervenir en caso de esta nueva agresión le lleva a posponer sus planes. Paralelamente (abril de 1939) Mussolini ocupaba Albania. En este mismo mes Gran Bretaña y Francia prometen ayuda a Polonia y Rumania o a Grecia en caso de agresión alemana o italiana respectivamente. Como reacción Hitler y Mussolini firman en mayo una alianza política y militar: el pacto de Acero.

La postura de Estados Unidos y la URSS es clave en la marcha de los acontecimientos durante los últimos meses anteriores a la guerra. El presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt, mantenía una política aislacionista e indiferente ante la problemática europea lo que favorecía la expansión alemana. La URSS, por su parte, mantuvo conversaciones con Gran Bretaña y Francia para asegurar el mantenimiento del estado polaco; pero, sin embargo, no se llegó a firmar un pacto por la oposición declarada del presidente polaco, Beck, quien veía en el mismo un grave peligro para su país al permitir la entrada de tropas rusas en suelo polaco en el caso de que estallase un conflicto con Alemania. No obstante, las garantías dadas a Polonia por franceses y británicos llevó a su presidente a endurecer su postura frente a las exigencias alemanas.

Stalin estaba decidido a iniciar conversaciones secretas con Alemania y la sustitución de Litinov por Molotov en el Ministerio de Asuntos Exteriores, durante el mes de mayo, ratificó este viraje en la política exterior soviética. El 20-21 de agosto Ribbentrop y Molotov firman el pacto germano-soviético por el que se comprometen a no enfrentarse en caso de una guerra con terceros países y, en una cláusula secreta, establecían el reparto de Polonia y sus respectivas áreas de influencia.

Con el aislacionismo estadounidense y el pacto con la URSS, Hitler se decidió a proceder a la cuarta anexión territorial: la invasión de Polonia. El 1 de septiembre de 1939 el ejército alemán entró en territorio polaco y dos días más tarde Gran Bretaña y Francia declaraban la guerra a Alemania. Se iniciaba de este modo la IIª Guerra Mundial.

Bibliografía:

VV.AA., Historia del Mundo Contemporáneo, Ed. ECIR 1996

Imágenes extraídas de varias páginas web

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