Cuando va llegando abril, a los ejidenses les entra el gusanillo, el nervio, la inspiración…

Ya se ha terminado San Marcos, día de devoción a nuestro santo, día de fiesta, alegría, y sobre todo, día de convivencia. Convivencia en sus calles, con sus gentes , y convivencia (además de mucha diversión), con las personas que nos unimos y hacemos carrozas para el disfrute de los demás. Esto, lo puedo contar desde dentro, ya que voy en carroza desde que nací, con amigos y familia. Por eso, hoy quiero contar que San Marcos no solo es un día, son semanas de juntarnos por las noches, cuando los «mayores» terminan de trabajar. Hay que exponer ideas y debatirlas. Es tiempo de risa, música, baile… Este año quisimos plasmar esa idea que va de boca en boca y nadie sabe si es verdad: ¿hay una avioneta que se pasea por los cielos de nuestro pueblo y quita las amenazas de lluvia y las nubes?

Cuando llega el día de la romería de San Marcos y ves todas las carrozas tan preciosas, tú solo quieres bailar y disfrutar con la música y la comida. Después de tantas horas de trabajo, tienes una recompensa, que es la fiesta. Además, si tu carroza está entre las mejores, te dan un premio.

Una vez terminado el recorrido, todos los participantes de nuestra carroza comemos paella, y al día siguiente se da una limpieza a fondo a la carroza.