Vivimos en un mundo interconectado, las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación han hecho un mundo más global. Recientemente hemos tenido el ejemplo del virus COVID-19, donde en septiembre de 2019 en China se detectó una nueva enfermedad respiratoria y en solo 5 meses se propagó por todo el mundo, convirtiéndose en una pandemia. Todo esto ha ocurrido porque los medios de transporte son cada vez mejores. De esta manera, lo que ocurre en un lugar remoto del planeta acaba afectando a todos, en este sentido los recursos de la Tierra son escasos y limitados, por tanto, si no los cuidamos llegará un momento en que se agotarán: el agua, el aire, la tierra, los combustibles fósiles…
No es necesario viajar muy lejos de nuestro entorno para darnos cuenta de las consecuencias que el cambio climático y nuestro hábitos provocan en las reservas de agua. En nuestra mano está hacer un uso responsable de ésta.
Pantano de La Viñuela, Vélez-Málaga (octubre 2022)
La Recomendación del Consejo de la Unión Europea, de 22 de mayo de 2018, relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente las vincula con los principales retos y desafíos globales del siglo XXI a los que tendremos que hacer frente, entre ellos, destacamos los siguientes:
- Desarrollar una actitud responsable a partir de la toma de conciencia de la degradación del medioambiente y del maltrato animal basada en el conocimiento de las causas que los provocan, agravan o mejoran, desde una visión sistémica, tanto local como global.
- Identificar los diferentes aspectos relacionados con el consumo responsable, valorando sus repercusiones sobre el bien individual y el común, juzgando críticamente las necesidades y los excesos y ejerciendo un control social frente a la vulneración de sus derechos.
- Desarrollar estilos de vida saludable a partir de la comprensión del funcionamiento del organismo y la reflexión crítica sobre los factores internos y externos que inciden en ella, asumiendo la responsabilidad personal y social en el cuidado propio y en el cuidado de las demás personas, así como en la promoción de la salud pública.
- Desarrollar un espíritu crítico, empático y proactivo para detectar situaciones de inequidad y exclusión a partir de la comprensión de las causas complejas que las originan.
- Entender los conflictos como elementos connaturales a la vida en sociedad que deben resolverse de manera pacífica.
- Analizar de manera crítica y aprovechar las oportunidades de todo tipo que ofrece la sociedad actual, en particular las de la cultura en la era digital, evaluando sus beneficios y riesgos y haciendo un uso ético y responsable que contribuya a la mejora de la calidad de vida personal y colectiva.
- Aceptar la incertidumbre como una oportunidad para articular respuestas más creativas, aprendiendo a manejar la ansiedad que puede llevar aparejada.
- Cooperar y convivir en sociedades abiertas y cambiantes, valorando la diversidad personal y cultural como fuente de riqueza e interesándose por otras lenguas y culturas.
- Sentirse parte de un proyecto colectivo, tanto en el ámbito local como en el global, desarrollando empatía y generosidad.
- Desarrollar las habilidades que le permitan seguir aprendiendo a lo largo de la vida, desde la confianza en el conocimiento como motor del desarrollo y la valoración crítica de los riesgos y beneficios de este último.
Nos proponemos realizar un proyecto de investigación para gestionar de un modo eficiente los recursos del instituto y del pueblo y para ello, usaremos la ciencia, la tecnología, la ingeniería, el diseño, y las matemáticas de una manera integrada, para plantear los problemas y buscar las posibles soluciones. Queremos mejorar los recursos que tenemos a nuestro alcance y hacer partícipe a toda la comunidad para gestionarlos de la manera más responsable posible.