El perrito que no sabía ladrar

Érase una vez un perro muy chico, tan chico que algunos creían que era una rata. Cuando le llamaban rata, él se enfadaba tanto que se ponía de color rojo aunque su pelo era marrón. Tenía un ojo de color negro y el otro azul. Su rabo era blanco como la leche. Pero lo más raro de este perro del tamaño de un rata era otra cosa; no sabía ladrar. 

Un día, el perrito iba paseando junto a una acequia que iba llena de agua. De pronto, tuvo la mala suerte de tropezar con una piedra y caer al agua. No sabía nadar, pero pudo agarrarse a un palo. 

– ¡Pío, pío! – decía el perrito porque no sabía ladrar. 

– ¡Miau, miau! 

– ¡Muuu, muuu! 

Así estuvo haciendo el sonido de muchos animales que, cuando se acercaban, al ver que era un perro y no uno de los suyos, no lo ayudaban a salir. 

– ¡Auuu, auuu! – consiguió imitar el sonido de un lobo.

De repente, de entre los arbustos, apareció un lobo negro que era muchísimo más grande que el perrito. El perrito se asustó, pero el lobo lo ayudó a salir a cambio de que aprendiese a ladrar. 

El perrito tardó varios días en aprender. Cuando dio su primer ladrido, y se iba a ir de la manada de los lobos, el lobo negro le pidió que se quedara con ellos. Desde entonces, el perrito chico vive con los lobos como uno más y siempre trata de ayudar a todos los animales, sean o no como él. 

Ficha de trabajo

– ¿Qué problema tenía el perrito?

– ¿Con qué lo comparaban por su tamaño?

– ¿Qué le pasó?

– ¿Quién lo ayudó a salir del agua?

– Explica el final

– Completa la oración buscando en el cuento:

Desde entonces, el perrito ____ vive con los ____ como uno más y ____ trata de ayudar a todos los ____, sean o no ____ él. 

– Escribe una oración con las palabras perro y lobo.

– Si tu fueses el perrito que no sabe ladrar, ¿qué habrías hecho para solucionarlo? 

– ¿Qué palabras nuevas has aprendido?