Irene en Nienburg

¡Hola! Soy Irene, alumna de Electricidad y Sistemas Automatizados.

Mi destino para las prácticas Erasmus+ ha sido Alemania, concretamente un pueblecito situado entre Bremen y Hannover, Nienburg (Weser), lo que le da buena comunicación a la hora de moverse hacia el pueblo. Para llegar, la primera parada fue Bremen, y no hubo mucho tiempo de ver la ciudad, pues estaban esperándome en Nienburg.

Aunque la primera semana hizo bastante frío, el clima dio un vuelco y disfrutamos de una primavera al estilo español: hace sol, hay buenas temperaturas y no llueve casi nada.

 

El idioma no ha sido un problema, mucha gente habla algo de inglés, y ya sabía un poco de alemán, así que intento practicarlo para sacarle provecho a la experiencia.

Los horarios cambian respecto a España, aquí madrugan mucho, y a las 12.00 ya están almorzando, así que a las 18.00 ya vuelven a tener hambre, y es hora de cenar. Todo es acostumbrarse, me he hecho a los horarios bastante bien.

Esta es mi casa, a compartir con 3 compañeros de diferentes partes de Europa. Vivimos en el piso de abajo. En el futuro arreglaran el piso superior y podrán convivir 8 personas. De momento, muy tranquilo todo.

La empresa, la química BASF, es bastante grande, contará con unos 500 trabajadores. Me ha acogido bien, tienen a varios alumnos de prácticas en varios departamentos, de varios niveles de estudios, así que se implican en esa parte. Pero es muy importante el alemán, ya que aquí si hay gran parte de la plantilla que no habla inglés.

Tienen muchos niveles de seguridad, trabajan con metales preciosos, y controlan mucho que nadie los manipule. Cada día tengo que fichar y pasar el control de entrada y salida. Pero los guardias son agradables.

Me han dispuesto una pequeña parte en una oficina, con mi propio ordenador y puesto de trabajo.

Los trabajos varían, pero me han destinado sobre todo a optimización de procesos en automatización. Trabajan con muchos sistemas y todo a la última. A veces trabajo en la parte de fábrica, pero ahí no les gusta que se tomen fotos.

La ciudad es pequeña, en poco tiempo se ven los lugares principales, pero tiene algunos sitios curiosos. A veces entre las casas puedes encontrar pequeños puestos con libros, para tomar y retornar, fomentando la lectura.

También les gusta animar las aburridas casetas de transformadores para el suministro eléctrico, con temáticas varias.

Y te animan a seguir el recorrido del oso, con pisadas por todo el centro, para que no te pierdas nada importante en tu estancia turística.

Pero sin duda, de lo que más orgullosos están, es de sus espárragos. Tienen una fuente dedicada a ellos, y un museo exclusivo, con una gran representación de los mismos en el jardín.