Marcos en Munster

Buenas, soy un alumno de Administración de Sistemas Informáticos en Red y estas han sido mis experiencias hasta ahora por tierras alemanas.

Llegue el 16 de Marzo sin mucha expectativas debido a que busque previamente información sobre dónde me hospedaba, y sinceramente, no había mucho por no decir nada, pero la primera sorpresa llegó literalmente el fin de semana siguiente cuando me encontré con la típica verbena de pueblo en la que para sorpresa de todos, ponían música española. En ese momento me sentí como en casa.

Siguieron pasando los días y mi jefe de aquí propuso prestarme el coche para que pudiera investigar las cercanías (y no tan cercanías) del pueblo. Mi primera visita fue al WildPark de Lüneburg, un zoológico un tanto llamativo debido a la variedad de animales que tienen. Después fui visitando pueblos cercanos como Uelzen, Soltau, Celle, pueblos que son preciosos y que tienen una arquitectura digna de película.

Mi primer destino «lejano» fue Hamburgo, ciudad en la que aterrice pero debido a que tenía que coger el tren para mi pueblo pues no me dio tiempo a visitar, ciudad preciosa en la cual justo se celebraba una maratón así que estuve entretenido para rato. Después siguieron las ciudades de Bremen, la cual me cautivó con la gran cantidad de iglesias que tiene, Hannover y Berlín, de esta última he de decir que me esperaba un poquito más, pero por algo es la capital, una ciudad llena de gente (el 70%) turistas. Todo esto fueron las primeras 4 semanas de mi estancia aquí.

El trabajo seguía igual, iba aprendiendo poco a poco sobre las cosas del oficio y poco a poco me fueron soltando más en el sentido de tener la confianza como para ir solo a los clientes, o resolver problemas sin necesidad de tener a nadie encima, pero hubo un cambio repentino de los acontecimientos cuando un día al entrar a la oficina vi a un chaval joven, de más o menos mi edad, parado en frente de mi escritorio, lo cual me sorprendió pero más tarde se me dijo que el chico estaba de prácticas también en la empresa pero que solo estaría 3 semanas, pero vaya 3 semanas.

El chico, cuyo nombre es Simon, se volvió el primer amigo que hice aquí, nos pasábamos 9h juntos en la oficina y era como si yo fuese su mentor durante ese tiempo, pero la cosa es cuando empezamos a quedar por las tardes para ir a dar una vuelta o me presentaba a sus amigos alemanes e incluso la familia me quería conocer. A partir de ese momento la familia se convirtió como en mi familia de acogida, me han invitado a comer en barbacoas (que al parecer aquí nada más que sale un poco el sol se hace una), pero lo fuerte viene ahora, la familia de Simon es de Polonia, y de un día para otro me vi viajando a Polonia con su familia. Así que el fin de semana del 9 al 12 (más un puente que un fin de semana) nos fuimos a Polonia, a Bydgoszcz para ser concretos, ciudad universitaria y en la cual me he encontrado y hablado con más españoles que en estos 2 meses anteriores. Una experiencia que no recomiendo saltarte si te la recomiendan, bueno ni esta ni ninguna que puedas aprovechar mientras estés en otro país.

También visité la escuela BBS Soltau, la cual me acogió con los brazos abiertos, pero es verdad que unos brazos alemanes jajajajaj. Mi sorpresa llegó cuando un profesor (con el que yo estaba manteniendo contacto y fue la primera persona que contacté estando aquí) empezó a hablarme en español, en serio no sabéis lo que se agradece el poder hablar en tu idioma después de 2 meses de solo hablar inglés y escuchar alemán o polaco, estuvo dando su clase en alemán mientras me iba traduciendo al español, pero lo mejor fue cuando después del recreo me dijo que necesitaba un favor mío, y era que quería que fuese a la clase de español a ayudar con un examen, puede parecer una tontería pero ya no iba a ser una persona la que hablase español, iban a ser 15, resulta que la profesora estuvo viviendo en Málaga durante 15 años y la verdad que tenía un español bastante avanzado (se seguía notando que no era española pero vaya como agradecía esas expresiones malagueñas). Después de esa clase me dio el número de su hijo (nacido en Málaga pero criado en Alemania), cuyo nombre es Luca.

Luca ha sido mi «español» de confianza durante este último mes con el cual he quedado bastante para poder librarme de escuchar alemán cada X tiempo.

En resumen una experiencia hasta la fecha enriquecedora la cual volvería a repetir las veces que haga falta, y eso que todavía me queda un mes y para mi el que va a ser el mejor debido a la mejora de las temperaturas y que los planes van a empezar a ser más moviditos.

Saludos desde tierras alemanas.