Sepulcros de Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet

Datación: 2ª mitad del siglo XIII.

Estilo: Transición del Románico al Gótico.

Materiales: Piedra caliza policromada.

Comitente: Fernando III el Santo

Ubicación: Nave de santa Catalina (nave central) del Monasterio Santa María la Real de las Huelgas. Burgos.

            Nos hallamos ante una pieza dúplice que engloba los sepulcros de Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet, reyes de Castilla.  Está conformada por dos arcas rectangulares, cubiertas con tapas a dos vertientes sobre cuatro pedestales pétreos en forma de prótomos leoninos.

Alfonso VIII falleció un 6 de octubre de 1214 y, tan sólo veinticinco días después, lo hizo su esposa, probablemente contagiada de las fiebres que causaron la muerte del rey. Debieron existir unos primeros sepulcros, que se ubicarían en la capilla de las Claustrillas. Los que actualmente encontramos, no son contemporáneos a la defunción de los reyes, fundadores del monasterio, sino que, según las crónicas, fue su nieto Fernando III el Santo, quien ordenó la factura de ambos y el traslado de los restos al coro de la iglesia[1], donde actualmente se hallan.

Las decoración predominante es la heráldica del rey Alfonso, con castillos-fortaleza de tres torres, dispuestos como signo, no como escudo, enmarcados en arcos góticos polilobulados. Las enjutas resultantes, aparecen ornadas con motivos vegetales en forma de hoja. En los laterales, encontramos repetido este elemento decorativo en dos cenefas  que cierran los lados largos, dispuestas en la parte superior e inferior de las arcas. La policromía conservada nos revela unos fondos azules y un sobredorado en los elementos en relieve.

Las mayores diferencias iconográficas entre ambos sepulcros, se encuentran en los frentes, tanto en los de la cabecera como en los de los pies. En el frontal de la tampa de la cabecera del sepulcro de Alfonso VIII (fig. 1, derecha), se observa una representación sedente del monarca, sobre un trono con sendos leones, acompañado de cuatro monjas – dos a cada lado -, en actitud genuflexa. El rey se dispone a entregar el rollo sellado de fundación del monasterio a la abadesa, situada a su izquierda[2]. La escena está dispuesta de forma simétrica, ejerciendo la figura regia como eje, adaptándose toda la composición a la forma triangular del marco. En la parte correspondiente a los pies (fig.2, izquierda), la decoración consiste en una cruz latina, rematada con flores de lis, sostenida por ángeles con las manos parcialmente veladas. La policromía es la misma que en el resto del conjunto, salvo por las manos y rostro de los ángeles que presentan carnaciones.

Deja una respuesta

Descripción general de privacidad

Este sitio web utiliza cookies para que podamos brindarle la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en su navegador y realiza funciones como reconocerlo cuando regresa a nuestro sitio web y ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones del sitio web le resultan más interesantes y útiles.