PARAR A COGER FUERZAS
Según la antigüedad romana, marzo fue el mes primero y septiembre el mes séptimo.
Y casualidades de la vida, en el mes de marzo empezó nuestro confinamiento y siete meses después seguimos haciendo nuestra vida en torno al covid-19.
En septiembre nos incorporamos al colegio. Y empezamos un nuevo curso escolar sin saber qué nos espera, ni cómo saldremos de esta. ¿La verdad? Estoy con el miedo en el cuerpo. Y para que no me líen mis instintos que me llevarían a gritar, a romper, a llorar, … pues me he puesto a pintar, a decorar, a medir y separar. Seguro, seguro, como la mayoría de docentes del mundo mundial.
¡Madre mía, lo que me va a costar este comienzo! Después de tantos meses alejados no podremos tocarnos ni abrazarnos. Así que toca buscar otras formas de saludo: bailoteos, chillidos, letrillas, movimientos espontáneos que nos hagan fácil el reencuentro, que nos hagan reír.
No vale entregarse al desánimo y hoy me tocó cuidar el cuerpo y el alma. Y entre otras:
-Hacer ejercicio. Salimos de paseo al campo.
-Beber mucha agua, comer sano. Es domingo, ¿valen las cañas y sus tapitas como animal de compañía?
-Tomar conciencia de las emociones. En esas estoy.
-Disfrutar con actividades que normalmente no hago. Leer, nada más.
-Meditar. No tengo tiempo, agg, En vez de eso, trabajar en mis sueños.
¿Cómo llamaríamos a la motivación que nos hace superarnos cada día y que vayamos más lejos? ¿Ambición?
Entonces, soy ambiciosa. Y seguiré dedicándole esfuerzos y ratos a mis ambiciones. Los que hagan falta.
Maite
Maite, confiar en Dios y seguir con lo crees que has hecho bien en cuidados personal y alimentación
Sigue cuidándote y mucha fe
Un abrazo
Silvia Rosa
Nuestra principal tarea ahora es la de cuidarnos mientras hacemos bien nuestro trabajo. Vamos a cuidarnos que nos dé tiempo a conocernos.
Gracias Silvia