Disculpen las molestias pero… LA SALIDA ES HACIA ADENTRO

¿Recibir o dar, dar o recibir? ¿Qué fue antes el huevo o la gallina?

A menudo escuchamos que para recibir hay que dar aunque…creo que, en el fondo (y en la superficie) todos sabemos que para ofrecer hemos de tener. Pero…¿Y si tengo y no lo sé? ¿Y si no tengo y tampoco lo sé? ¿Y si de «correr y correr» me he despistado tanto que ya no sé ni lo que tengo ni lo que no tengo, ni siquiera lo que soy o incluso, quién soy? ¿Es posible que sea cierto el famoso dicho marroquí «prisa mata»? ¿Puede ser quizá, más cierto aún que la famosa advertencia «fumar mata»?

Con YOGA suelto el acelerador y otras muchas cosas que no necesito, que no son mías, QUE NO SOY.
Y me busco, descubro y me descubro.
Esta filosofía de vida que es la UNIÓN física, mental y espiritual (o emocional) me ayuda a descubrir y…descubro que SIENTO, comienzo a sentir y a sentirme. A partir de este sentir comienzo a saber qué tengo dentro de mí y si me gusta o no y, descubro también que…»¡Vaya, lo puedo cambiar! Comienzo a saber si lo que tengo es adecuado para mí y para los demás porque… si tengo AMOR me ofrezco amor y doy amor en sus múltiples y sutiles formas de manifestación (comprensión, cariño, alegría, generosidad, ayuda, compasión,…) pero si tengo MIEDO me ofrezco miedo y ofrezco miedo en todas sus formas (odio, celos, ira, envidia, orgullo, avaricia, …)

¿¡Soy creadora de realidad!?
Quizá no hay tantas casualidades, puede que también existan las causalidades. ¿No crees? A veces, he preguntado a «mi» maravilloso alumnado: ¿Me podrías dar un bocadito de tu bocadillo si no tienes bocadillo? ¿Y tú, podrías comer de tu bocadillo si no lo tienes? Ellos lo pillan a la primera; por el momento están bastante “conectados”.

Con YOGA, comienzo a sentir esta UNIÓN física, mental y espiritual conmigo y con los demás.
Siento gratitud, la misma que siento por haber tenido esta oportunidad de continuar mirando hacia mi interior porque… «Disculpen las molestias pero…la salida es hacia adentro».