Una de las mayores satisfacciones que me llevo en mi profesión de docente es transmitir a mi alumnado la pasión por conocer y comprender el mundo que nos rodea, tanto el mundo presente como el pasado. Pero esta satisfacción alcanza cotas hiperbólicas cuando sucede al contrario y es el alumnado quien me despierta el apetito por aprender más, por leer y escribir más y por ser más efectivo en mis anhelos de contagio. Es el caso del alumno Mauro V., cuyos comentarios en la materia de Historia del Arte me ha abierto puertas, nuevas sensibilidades y nuevos apetitos como humanista y como persona. Aquí les dejo una muestra de algunos de sus trabajos en el primer trimestre, que disfruten: