Autor:D.Antonio Giménez Azcona.
Se dice que la ermita data del s. XV, tal vez por su tipo de arquitectura, pero desconocemos, por ahora, algún documento escrito que lo acredite, antes del s. XVI. Las primeras noticias sobre él las encontramos en 1551, cuando se amojonó el Ejido y Dehesa Boyal, recientemente concedidos por la ciudad de Córdoba al Concejo de Espiel, previa licencia de D. Carlos y Dña. Juana, su madre. Los señores justicias del Concejo y numerosos vecinos que participaron en este amojonamiento llegaron “ zerca de la hermita que dicen de Ntra. Sra. de Estrella” y descansaron en el “molino guerta e fuente …. zerca de la hermita”. D. Manuel Nieto Cumplido, estudiando la sección “Visitas Generales” del Archivo General del Obispado de Córdoba, saca algunas citas de la Ermita de Ntra. Sra. de Estrella. En 1564, en una de esas visitas, se dice:…”halló en ella lo que sigue”…”la Hermita de Ntra. Sra. de la Estrella e en ella una cofradía de la misma advocación e por hermitaño fray Bartolomé Trujillo”.
En 1589 se repara la Ermita (aquilones, tejas, techo y paredes). En 1591 se reparó la casa del santero y se alzó el techo. En 1592, Diego Cuadrado, que fue “obrero” de la Iglesia Parroquial, escribano de la villa y prohombre de la población “alanceó” un toro, junto a otros, para con el dinero conseguido con la venta de su carne, comprar un pendón para la Ermita (el pendón era blanco, teniendo en un lado pintada la imagen de la Virgen de Estrella y al otro la imagen de San Sebastián). Todos los documentos nos muestran la antigüedad del santuario dedicado a nuestra Patrona.
A esto debo añadir que al ser picada la fachada de la ermita para un posterior enlucido, por su mal estado, en las jambas de la puerta aparecieron numerosos grafitis (cruces de diversas formas y tamaños, estrellas, círculos, etc. ) y, junto a ellos, pequeños escritos, posiblemente dedicatorias, en los que se apreciaban fechas (1569 ó 1509). Algunas personas dicen haber visto otras del siglo XV, pero la lectura era en aquellos momento difícil y ahora aún más, yo diría que imposible, pese a que se protegió con unas placas transparentes.
El Santuario, situado en un hermoso paraje a 3’5 Km. de la población, lo describe el “Catálogo Artístico y Monumental de la Provincia de Córdoba” en su tomo III, al hablar de Espiel, de esta manera: “Presenta al exterior el aspecto típico de ermita rural objeto de romería popular . El pórtico de entrada y las construcciones añadidas a los costados para albergue de cofradía y de romeros originan tejados de enormes faldones achaparrados de los que emerge la blanca espadaña, a los pies, y la caja de la capilla mayor en la cabecera, construyendo el conjunto una de las estampas más típicas de la geografía serrana.
La entrada del templo es un arco ojival de ancha arquivolta trasdosada por moldura y otras molduras en la línea de imposta. Unas anchas fajas forman recuadro a modo de arrabá. El interior es de una sola nave atravesada por cinco arcos, también ojivales, hechos de ladrillo, que arrancan de los muros a media altura. La techumbre es de madera a dos vertientes, muy simple. Unos poyos de ladrillo, un púlpito de impresionante sencillez y el total encalado de paredes y arcos dan al conjunto una estampa rústica y austera. Unos gruesos contrafuertes que contrarrestan los empujes de los arcos están por la parte exterior de los muros, pero quedan englobados en las construcciones adosadas a uno y otro lado. La capilla mayor es evidentemente añadida, tal vez en el s. XVII o XVIII. Es cuadrada, con bóveda muy plana de yesería, presentando al exterior un curioso alero de tipo mudejar formado por ladrillo en diente de sierra, y sobre él, el típico de la sierra formado por tejas en bovedilla. Posee dos retablos de madera tallada y policromada que son aprovechados. El ara del mayor presenta un frontal de mármol de Cabra y también aprovechado con la siguiente inscripción:” Se hizo este frontal siendo obrero de esta iglesia don Pedro Ruiz Santofimia Nº del Sto. Offo. de la Inquisición de Córdoba. Año de 1710”
La capilla del santuario estuvo en tiempos pintada, estando hoy las pinturas que cubren su techo y paredes cubiertas por capas de cal, en espera de una restauración deseada e intentada, pero no realizada por falta de fondos.
Como dato curioso debo destacar la cantidad de exvotos que colgaban en las paredes interiores de la ermita (figuras de cera, muletas y otros objetos) que el agradecimiento del pueblo por los favores recibidos había llevado al santuario. Se conservan algunos de ellos y pequeños cuadros de madera pintada en los que se agradece la intercesión de la Virgen en la concesión de algo que se había pedido. Están bastante deteriorados y sólo se pueden leer unos pocos. En todos ellos la temática es la misma: el lecho del enfermo y en una esquina de la parte superior la imagen de la Virgen de Estrella. Hoy, no se ofrecen estos exvotos. Es posible que se sustituyesen, en épocas que desconocemos, por la costumbre de colgar en el manto de la Virgen, y también de San Sebastián, dinero, con el mismo motivo que los exvotos antes descritos, como ocurre en muchas imágenes de los pueblos vecinos. Como terminación de este escrito sólo me queda decir que las fiestas en las que se visita multitudinariamente esta ermita son: el último domingo de septiembre, día en que se lleva a la Virgen a “su casa” y el también, sobre todo por su importancia, el domingo último de abril, en el que la Patrona vuelve a la iglesia parroquial.