
Ha sido muy interesante.
Cristina nos puso un ejemplo con un vaso de agua.
Cada vez que se enfadaba o se ponía triste por algo echaba un poquito de agua hasta que rebosó. Eso nos pasa a tod@s si cuando nos enfadamos no lo contamos o no pedimos ayuda.
Ya hemos aprendido el truco para no dejar que “rebose” nuestro vaso por pequeños enfados.
Qué bien nos viene!
Podéis acceder a las imágenes de esta actividad pinchando en el siguiente enlace: