En particular el proyecto ICEA se centra en las funciones ejecutivas y su entrenamiento en el aula. El concepto de Funciones Ejecutivas (FE), es un término relativamente reciente y en plena ebullición dentro del ámbito de estudio de las neurociencias gracias a los emergentes y continuos avances que se están alcanzando en el estudio del funcionamiento cerebral, siendo un componente básico para explicar la cognición humana y el comportamiento. (Ardila y Ostrosky, 2008; Portellano y García, 2014).
¿Se pueden educar las funciones ejecutivas?
En este sentido, el papel de la escuela en el desarrollo de las FE es fundamental. Así, algunas estrategias para mejorar las FE se basan en una serie de principios recogidos en Tirapu et al. (2012):
- Las estrategias utilizadas para mejorar las FE deben estar relacionadas con el currículo escolar.
- Las estrategias para trabajar la metacognición se deben enseñar explícitamente ofreciendo instrucciones explícitas y modelaje del profesor.
- Las estrategias se deben ofrecer de forma estructurada y sistemática. Se requiere guía constante y feedback frecuente y continuado.
- Las estrategias deben ser motivadoras y positivas para el niño. La motivación desempeña un papel clave.
Tal y como afirma Román y Poenitz (2019), quizás en este punto esté marcada la tendencia de los últimos años donde “el saber” estaba representado por una educación basada en contenidos, cuyo contrapunto esta hoy en el “saber hacer”, representado por una educación basada en competencia, lo cual no solo implica dos diseños de currículos distintos, sino que implica un cambio en la metodología de evaluación de los propios estudiantes y del mismo sistema educativo. Es intención de este proyecto ponerlo en práctica a través de un taller de funciones ejecutivas.