En el patio del colegio ha quedado enterrada una botella muy especial. Dentro, el alumnado de la ESO ha guardado sus sueños, deseos y metas, escritos de su puño y letra. Un gesto simbólico que encierra ilusión, reflexión y compromiso con su propio futuro.
La actividad les ha invitado a pensar en quiénes son y en quiénes quieren llegar a ser. No se trata solo de una cápsula del tiempo, sino de una promesa: la de no olvidar lo que hoy sueñan, y de trabajar para alcanzarlo.
En unos años, volverán a desenterrar esa botella. Tal vez algunos sueños hayan cambiado, otros se hayan cumplido, y otros sigan esperando. Pero todos serán un reflejo de su crecimiento.
Gracias a los participantes por esta experiencia tan significativa. Enterrar una botella con sueños es, en realidad, sembrar futuro.