El día 16 de junio de 1989, Tomás Delgado Toro, alcalde de Priego, y Antonio Pascual Acosta, consejero de Educación de la Junta de Andalucía, rubricaban el convenio por el que se creaba el Conservatorio Elemental de Música de Priego, así como su puesta en funcionamiento en el curso 1989-90. La firma tuvo lugar en el antiguo salón de actos de la Casa de Cultura, posteriormente sala de lectura de la Biblioteca Municipal. Tras las alocuciones de los políticos, se celebró un recital de piano a cargo de dos jovencísimos y brillantes alumnos de la entonces Aula de Música de Priego, Carlos Forcada Foguer y María Córdoba Rodriguez, que entusiasmaron al público asistente. Precisamente esa Aula de Música fue la precursora de lo que posteriormente fue nuestro conservatorio elemental de música.
Corría el año 1983 cuando dos jóvenes prieguenses, Francisco Durán Alcalá, concejal de cultura del Ayuntamiento de Priego y Antonio López Serrano, profesor de piano en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba deciden proponer a la Delegación Provincial de Educación la posibilidad de contar con un centro de enseñanza profesional de música en nuestra localidad. Para ello Antonio López, propone al Director del Conservatorio Superior de Música de Córdoba, Rafael Quero, compaginar su horario entre Córdoba y Priego a lo que éste último accede contando con el visto bueno de la Delegación Provincial. Nace de esta forma el Aula de Extensión del Conservatorio Superior de Música de Córdoba en Priego. Desde los comienzos el centro gozó de gran aceptación entre los prieguenses que acudían a sus clases con entusiasmo. Así estuvo hasta 1988, cuando el Aula pasó a depender del recién creado Conservatorio Elemental de Música de Cabra. Finalmente, y como indicamos en el encabezamiento de esta presentación, este Conservatorio se crea con la firma del convenio entre la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y el Excmo. Ayuntamiento de Priego.
Han transcurrido veintiocho años desde que nuestro centro comenzó su singladura, como aula de Extensión y como Conservatorio Elemental, casi tres décadas durante las cuales, además de una amplia y fructífera labor formativa, nos hemos convertido en un referente cultural y educativo tanto provincial como regional. Lo que ha sido posible gracias a que hemos contado con el concurso de un claustro de excelentes profesionales entregados de forma plena al conservatorio.
En estos años, más de 5.000 alumnos han pasado por nuestras aulas. El curso más numeroso fue el de 1991-92, cuando fueron 600 los alumnos matriculados, que colocaba a nuestro centro a la cabeza de los conservatorios de su categoría en pueblos andaluces. Es motivo de satisfacción comprobar cómo un buen número de esos alumnos, que decidieron continuar por el camino de la música, son hoy excelentes profesionales que extienden su magisterio y saber por toda la geografía andaluza.
Pero no es sólo la vertiente formativa; este conservatorio se ha convertido en un magnífico dinamizador de la vida cultural a escala local, provincial y regional. Figuras de la interpretación, reconocidos críticos e importantes personajes de la vida pública española han participado en nuestros ciclos. De entre los muchos que nos han visitado, cabe reseñar al llorado pianista Rafael Orozco, al tenor Pedro Lavirgen, a la pianista Rosa Torres-Pardo, al director de orquesta Enrique García Asensio, al guitarrista José Maria Gallardo, a los catedráticos Guillermo González y Rafael Quero; también a las diferentes orquestas de cámara y sinfónicas españolas y europeas; a personalidades de la comunicación como Fernando Argenta, Máximo Pradera, Jesús Ruiz Mantilla, Juan Ángel Vela del Campo o Francisco Melguizo; a diplomáticos como Delfín Colomé o a críticos como Andrés Ruiz Tarazona, a poetas como Antonio Carvajal. De todas las actuaciones, no obstante, nos vienen a la memoria dos ellas: la de junio de 1992, cuando el gran pianista Rafael Orozco interpretó la Suite Iberia de 1 de Albéniz en la Iglesia de San Pedro (obra que en esa época sólo interpretó en las ocho capitales andaluzas y en nuestro pueblo); y la de noviembre y diciembre de 2007, cuando conseguimos reunir en nuestros “Diálogos con la Música” al prestigioso psiquiatra y académico, ya fallecido, Carlos Castilla del Pino, a la ministra y hoy vicepresidenta económica del Gobierno de la Nación, Elena Salgado, y al ex presidente del Gobierno de España, Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo; todos ellos grandes aficionados a la música. De ahí que nos jactemos de lo que nadie, ni partidos ni gobernantes, han conseguido en la historia de nuestra ciudad: la presencia y participación en un acto cultural de uno de los presidentes de Gobierno de España.
Asimismo, en este conservatorio se gestó uno de los eventos culturales más importantes de las últimas décadas: el Concurso Internacional de Canto “Pedro Lavirgen”, cuya idea y proyecto nacieron en el seno de nuestro Conservatorio. Contando en sus primeras ediciones con un jurado auténticamente de lujo formado por personalidades de la talla de Pedro Lavirgen, Alfredo Kraus, Giuseppe Di Stéfano, Helga Schmidt, Fiorenza Cossotto, Carlos Álvarez, etc.
Pero tan importante como las propias actividades fue conseguir la implicación del tejido social prieguense. Con el recuerdo de esa extraordinaria labor realizada por un ilustre prieguense del pasado siglo, José Luis Gámiz Valverde, logramos el apoyo y ayuda de un buen ramillete de paisanos generosos y dispuestos a aportar su grano de arena en pro de la cultura de este pueblo. Asimismo conseguimos la implicación de entidades financieras en nuestros proyectos. Caja de Granada, CajaSur y Caja Madrid, patrocinaron durante años actividades culturales en nuestro Conservatorio.
Por otro lado, no quiero omitir otra estupenda realización en la que también tuvo nuestro conservatorio un papel decisivo: la creación de la Orquesta Ciudad de Priego. La iniciativa, que partió de su director, Francisco José Serrano Luque, entonces secretario del Conservatorio, enseguida contó con el apoyo de la dirección del centro y su equipo. Las primeras gestiones para conseguir patrocinio privado corrieron por cuenta del director del centro, quien consiguió “embarcar” a varios prieguenses en esta iniciativa, que aportaron su colaboración económica e hicieron posible poner en marcha esta idea hasta que los rigores y limitaciones presupuestarias nos obligaron a abandonar esta empresa en la que tanto empeño e ilusión depositamos.
En los tiempos actuales el Conservatorio Elemental de Música de Priego es una institución plenamente consolidada y entroncada en la sociedad prieguense con una seria de iniciativas y propuestas que vierten en el pueblo de Priego y que gozan siempre del aplauso y la aprobación de los prieguenses. Los padres y alumnos de nuestro centro no cejan en su empeñó de conseguir algún día el tan ansiado Conservatorio Profesional de Música que, por historia y tradición, merece Priego de Córdoba.

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