ALIVIO: Experimentamos alivio cuando nos libramos de un peso, cuando dejamos de percibir una amenaza o cuando nos disculpamos.
Ejemplo: sentirás alivio cuando le pides disculpas a un compañero por algo que has hecho mal con él y eres humilde reconociendo tu error.
El alivio se produce cuando una sensación o situación desagradable ha terminado.
¿Cómo llega el alivio?
Suelo venir acompañado de relajación y alivio de las dificultades; reaparece la paz, nos sentimos tranquilos. Es el camino hacia la serenidad .
SERENIDAD: La serenidad es una sensación de tranquilidad y calma. Nace en lo más profundo de tu ser y se extiende hasta llegar a tus ojos.
Una persona serena es tranquila, apacible y, además pide las cosas con amabilidad y dulzura.
¿La serenidad ilumina la mente?
Si, lo hace a través de los ojos, otorgándote una visión especial. Un súper-poder con el que puedes ver más claro lo que sucede o ha sucedido. Ejemplo: se te pasa el enfado al ver que no tenía realmente importancia.
Curiosamente, la serenidad se puede ejercitar como si fuese un músculo y, entrenarla, ayuda a aumentar nuestra felicidad.