INTRODUCCIÓN
No hay prisa. Puede que se tenga claro cuál es la oportunidad de mejora porque el problema que se observa es un dinosaurio furioso que persigue a la institución; pero en la mayoría de las ocasiones el problema es microscópico, un protozoo o un virus minúsculo, una carcoma que va destruyendo la institución escolar poco a poco. Hace falta método e instrumentos adecuados para poder extraer cuál es la causa del problema y cómo poder actuar en consecuencia, con las herramientas que tenemos o con nuevas que necesitamos aprender. Hace falta sosiego y tiempo, no hace falta dar respuesta a lo que no se sabe, se puede responder que estamos buscando o que estamos aprendiendo las herramientas que nos ayudaran a construir una organización sana.
Las necesidades formativas surgen de las necesidades educativas de los estudiantes. No de las inquietudes, debilidades, fortalezas o intereses del profesorado. Si coinciden, significa que se añade el punto de motivación al desarrollo de la formación labor. Una necesidad formativa nace y se evalúa en interrelación con las necesidades de aprendizaje del principal objeto de la profesión docente. Por eso es parte del proyecto educativo, porque debe nacer de la memoria de autoevaluación del centro y del plan de mejora (o proyectos mínimos viables si se trata de ECOESCUELA, TDE O PLC ).
Una necesidad formativa no es algo puntual, que viene impuesto por el requerimiento que llega en junio o septiembre, estaban, están o estarán. Sólo hay que saber verlas, reconocerlas, o explicitarlas. Puede ser en cualquier momento. Cierto es que se necesitan momentos de recogidas de datos para observar, analizar, diagnosticar, planificar y diseñar el plan de formación. Es como realizar una fotografía en un momento dado, si se realiza en una efeméride, cuando todo es perfecto, cuando todas las clases y etapas trabajan juntos, cuando todas y todos los niños y niñas de cualquier aula están juntos y participando, entonces es complicado observar una oportunidad de mejora, la necesidad de querer hacer algo de lo se que necesita aprendizaje.
Por supuesto, que en los meses de junio y septiembre el CEP lleva a cabo un el proceso de recogida de datos para detección de necesidades formativas (recogido en el artículo 87 del Decreto 327/2010 y en el artículo 58 del Decreto 93/2013)
CUESTIONARIO INDIVIDUAL DE NECESIDADES FORMATIVAS
Se trata de un momento puntual que se vale de un instrumento concreto. Este instrumento de recogida de datos servirá para obtener una buena fotografía de qué se cuece en los esquemas de representación social (Moscovici, 1979), en los habituaciones (Berger & Luckman, 2001), en la cultura pedagógica de la institución (López Yáñez, 1995). Es cómo preguntar cuál es la serie de moda. Dicha información es imprescindible porque las modas pueden ser pasajeras, o que se mantengan en el tiempo porque se convierte en un instrumento fundamental para el éxito educativo de los estudiantes. Proceso de construcción del Plan de formación del centro Las necesidades formativas de centro, que servirán para la elaboración del Plan de Formación del Centro son, por tanto, una parte más del proceso de autoevaluación y mejora que los centros educativos realizan a lo largo del curso escolar, de forma que el plan de formación que surge de este proceso, sea un instrumento para dar respuesta a las necesidades reales del centro. Por tanto, las necesidades formativas del centro deben basarse en:
0. Las conclusiones de la memoria de autoevaluación. 1. El plan de mejora. 2. Las necesidades individuales de formación anterior (que pueden obtenerse con el cuestionario que elabora el CEP anualmente). 3. Formación desarrollada en el centro en cursos anteriores, especialmente los grupos de trabajo y formaciones en centro. Estos se explicitan en un documento de obligado cumplimiento para los centros, pero el proceso que subyace se puede hacer de forma superficial o intuitiva; o bien, de forma estructurada, sistemática según los modelos que ofrecen las escuelas eficaces (Ainscow, Hopkins, Southworth, West, & Coma, 2001), las organizaciones que aprenden (Bolivar, 2000), el modelo integrado de gestión de la convivencia (Torrego, 2006), o el index for inclusion (Booth & Ainscow, 2011); o también, con el instrumento de gestión del conocimiento por antonomasia que supone la investigación educativa.
NIVELES DE COMPROMISO DEL CEP DE ALMERÍA CON LOS CENTROS Y MODELO DE PLAN DE FORMACIÓN
Se entiende que estos procesos complejos, que suponen los modelos citados anteriormente, necesitan un nivel de compromiso que suele relegarse por las prioridades de los centros, es decir, por el día a día de la escuela y por el trabajo con los estudiantes. Y es porque la primera impresión cuando se entra en contacto con ellos es que es trabajo que se añade al que impregna la cultura, política y práctica escolar; pero en realidad son actuaciones que se inoculan en la vida del centro, como si se modificara la cadena de ADN la institución escolar. Una pequeña secuencia que transforma un patrón o costumbre escolar que se identifica como problemática. Cada organismo, institución u organización tiene sus propios tiempos, espacios y funcionamientos es por lo que el CEP de Almería ofrece, para la elaboración del plan de formación de los centros educativos, diferentes niveles de implicación así como un modelo tipo de plan de formación que puede servir de referencia para la elaboración de los planes de formación. 0. Niveles de implicación Asesoría Centro 1. Modelo de concreción para la elaboración del plan de formación
¿QUÉ SE NECESITA DE LOS CENTROS?
Una primera cita con la asesoría de referencia durante el mes de junio y septiembre con el equipo directivo y/o ETCP y/o claustro. (Previo a la sesión de trabajo) • El plan de formación del centro (previo a la sesión de trabajo) • El nivel de implicación del CEP con los centros según el documento correspondiente anexado (durante la sesión de trabajo) • Y un calendario durante el curso académico ACOMPAÑAMIENTO FORMATIVO Por tanto, la elaboración del plan de formación podrá contar con el acompañamiento de la asesoría de referencia (JUNTA DE ANDALUCÍA, 2013) [^]: (art. 58.2 y 58.3, Decreto 13/2013) . El CEP de Almería, como se ha comentado más arriba, tiene a vuestra disposición una serie de estrategias y herramientas para acompañar a los centros en su análisis de necesidades formativas. Sin llegar a formar parte de vuestro claustro -se puede participar con voz pero sin voto-, la implicación de la asesoría dependerá del nivel de compromiso mutuo que se tenga y que decidirán los propios centros. Hemos establecido una jerarquía por niveles de compromiso (entrar como invitado) que se presenta en el siguiente esquema:
Es importante informar a la asesoría de referencia de ese nivel de compromiso. A fin de planificar el acompañamiento formativo que se vaya a realizar. ¿Cómo se realiza el diagnóstico de necesidades formativas? Hay dos escenarios diseñados a tal efecto desde el la Formación Permanente basados en la normativa vigente, así como, en la literatura científico-pedagógica: Primero, sea cual sea el nivel de compromiso adquirido por el centro, el CEP de Almería lanza un cuestionario cuyo objetivo es obtener una fotografía general de las tendencias más relevantes en cuanto a necesidades formativas. Es por lo que rogaríamos que se difunda y cumplimente por todo el profesorado de nuestro ámbito de actuación. CUESTIONARIO INDIVIDUAL DE NECESIDADES FORMATIVAS Con los resultados de este cuestionario, entre otros objetivos y estrategias, el equipo de formación técnica (ETF) del CEP de Almería categoriza por centros los mismos para que las asesorías de referencia puedan aportarlos a los responsables de formación de cada uno de los centros. También, se organiza parte del plan de actividades formativas que se realizan en el contexto físico el CEP de Almería. Segundo, se estructura el diagnóstico de necesidades formativas de los centros. Una vez clarificado el nivel de compromiso de la asesoría con el centro y teniendo en cuenta que no es un compromiso irreversible, la asesoría de referencia se entrevista con los/las responsables de la formación en los centros y establecen una temporalización y línea de trabajo concreta. Si extraemos de la legislación vigente, así como, de la literatura científico-pedagógica el proceso por el que se debe construir un plan de formación, se observa que el plan de formación es el penúltimo paso de un proceso cíclico que debe terminar con la aplicación en el aula de lo aprendido. Y por supuesto, volver a empezar.
(https://drive.google.com/file/d/1H1de0VeNNsRwTbavnIQBW-ogXoV5c_ut/view?usp=sharing)
Antes de llegar al plan de formación se deben analizar y profundizar las causas, sinergias, costumbres, metáforas, significados, datos y todo aquello que nos ayude a entender el por qué de nuestras debilidades, oportunidades y fortalezas. El hecho de hacerlo es ya una actividad de aprendizaje profesional (por lo que se puede añadir en ese plan de formación), además de un paso imprescindible para nuestra autoevaluación y realización del plan de mejora. En los documentos pertinentes se debe colocar en que momento nos encontramos de todo el proceso. Por último, la concreción del plan de formación debe incluir la intención de que el aprendizaje profesional ayude a desarrollar actuaciones que procuren al éxito educativo de nuestro alumnado. Saber manejar un registro observacional en investigación educativa, desarrollar el aprendizaje cooperativo en el aula, hacer reuniones eficaces. Son muchas las temáticas que se pueden abordar. Pero también, saber interpretar los indicadores homologados, construir mis propios indicadores, desarrollar una práctica reflexiva, son parte del aprendizaje profesional docente. Sea cual sea el momento se puede acordar y plasmar en el documento correspondiente. Para facilitar la tarea se puede seguir este modelo: Modelo – guía para la redacción del plan de formación ALGUNAS RECOMENDACIONES:
BIBLIOGRAFÍA
Berger, P. L., & Luckman, T. (2001). La Construcción Social de la Realidad. Buenos Aires: Amorrortu.
Bolivar, A. (2000). Los centros educativos como organizaciones que aprenden: promesa y realidades. La Muralla. Recuperado de https://books.google.es/books?id=PfO_j9x-ZnIC
Booth, T., & Ainscow, M. (2011). Guía para la Educación Inclusiva Desarrollando el aprendizaje y la participación. MADRID: FUHEM – OEA.
JUNTA DE ANDALUCÍA. (2013). Decreto 93/2013, de 27 de agosto, por el que se regula la formación inicial y permanente del profesorado en la Comunidad Autónoma de Andalucía, así como el Sistema Andaluz de Formación Permanente del Profesorado. Recuperado 8 de mayo de 2019, de https://www.juntadeandalucia.es/boja/2013/170/1
López Yáñez, J. (1995). La cultura de la institución escolar. Investigación en la escuela, 26, 25-35. Recuperado de https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/34732/La_cultura_de_la_institucion_escolar.pdf?sequence=1
Moscovici, S. (1979). El psicoanálisis, su imagen y su público. Buenos Aires: Editorial Huemui. Torrego, J. C. (2006). Modelo integrado de mejora de la convivencia.
SOSIEGO Y COCINA EN LA ELABORACIÓN DEL PLAN DE FORMACIÓN
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