La Propaganda Nazi. Los 11 principios de la propaganda nazi por Joseph Goebbels. Historia del mundo contemporáneo. 4º de ESO.

Joseph Goebbels fue el padre de la propaganda nazi y responsable del Ministerio de Educación Popular y Propaganda, creado por Adolf Hitler a su llegada al poder en 1933. Goebbels había sido el director de la tarea comunicativa del Partido Nazi y el gran arquitecto del ascenso al poder. Una vez en el Gobierno y con las manos libres para monopolizar el aparato mediático estatal, Goebbels prohibió todas las publicaciones y medios de comunicación fuera de su control, y orquestó un sistema de consignas para ser transmitido mediante un poder centralizado del, cine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa. Era también el encargado de promocionar o hacer públicos los avisos del gobierno.

Joseph Goebbels, el “enano cojo y diabólico” tal y como como lo definía Goering, desarrolló durante su infancia un “enorme complejo de inferioridad” debido a su escasa estatura y a una malformación en el pie que le condenaría a una cojera permanente. Como toda su generación creció con la amargura de la humillación alemana, reforzada por la sensación de ser siempre un ciudadano de “segunda”, debido a sus humildes orígenes, a diferencia de muchos de sus compañeros de colegio y universidad, hijos de familias acomodadas.

Cuando acaba sus estudios encuentra un mísero trabajo en un banco, lo que le frustra todavía más llevádole a odiar a todo el que se le pone por delante, incluyendo sus propios compatriotas, las mujeres, los comunistas, los judíos y los burgueses.

Este personaje, marcado por complejo de inferioridad y su misantropía, encontró en Hitler una especie de semidios al que seguir e idolatrar. Desde los primeros años de formación del nazismo pasaría a formar parte del aparato nacionalsocialista y colaborar con Hitler, encargándose de desarrollar una propaganda adecuada para popularizarse entre gran parte de los alemanes, temerosos de una revolución, castigados y humillados por la Guerra y el Tratado de Versalles y las crisis económicas y deseando encontrar un enemigo en quien cargar las culpas de su situación. En esta situación, desarrolla una serie de principios, en las antípodas de la honestidad y la justicia, pero adecuados para sus fines: lograr alcanzar el poder y mantenerlo a toda costa. Estos principios son:

1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.

2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

Explicaremos ahora de forma más concreta estos puntos:

1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.

Los nazis no inventaron la idea del antisemitismo, pero la usaron y la amplificaron, convirtiendo a los judíos alemanes o extranjeros en la fuente de todos los males de Alemania. No importa que la idea fuera exagerada o, directamente, mentira. Todos los problemas sociales, políticos o económicos de Alemania tenían su fuente en la supuesta conspiración de los judíos para acabar con Alemania.

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Cartel de la película alemana «El judío errante» 1940.

2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

No importa que la situación internacional sea compleja y cambiante. Hay que tratar de desarrollar una idea simple y sencilla que cale entre la población. Por ejemplo, en este cartel se muestra la idea de que la política de EE.UU., Gran Bretaña y la Unión Soviética -de las 3 a la vez!- viene marcada y decidida por los malvados judíos. Dicha idea, conociendo mínimamente los entresijos de la política internacional de la época, resulta un disparate, pero servía a los intereses nazis, qiue era para lo único que interesaba.

 

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«Detrás de las potencias internacionales: el judío».

 

 

3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

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«Nosotros los trabajadores hemos despertado».

Ante los problemas económicos o sociales que el desarrollo de la dictadura nazi genera en Alemania, la solución para Goebbels es esquivarlos y presentarlos como meras objeciones al «despertar alemán» (que representan ellos mismos).

4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

Por ejemplo, antes del ataque alemán a Polonia del 1º de septiembre de 1939, el régimen nazi lanzó una agresiva campaña en los medios de comunicación para crear apoyo del público por una guerra que pocos alemanes deseaban. Con el fin de presentar la invasión como una acción defensiva moralmente justificable, la prensa alemana exageró las “atrocidades polacas”, haciendo referencia a la discriminación y la violencia física reales o supuestas dirigidas contra los alemanes étnicos que vivían en Polonia. El régimen nazi orquestó incluso un incidente en la frontera, diseñado para aparentar que Polonia había iniciado las hostilidades. El 31 de agosto de 1939, unos hombres de las SS vestidos con uniformes del ejército polaco “atacaron” una emisora de radio alemana en Gleiwitz (Gliwice). Al día siguiente, Hitler anunció ante la nación alemana y el mundo entero su decisión de enviar tropas a Polonia en respuesta a las “incursiones” polacas contra el Reich.

5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

No hace falta comentarlo.

6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

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«Él tiene la culpa de la guerra».

7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

Este nos suena mucho, ¿verdad?

8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

Ahora se llaman «fake news», pero Goebbels y los nazis emplearon numerosos métodos de manipulación y usaron los medios de comunicación de masas de una manera vanguardista. En muchos casos, se vierten informaciones basadas en medias verdades, o en exageraciones, o, directamente, en mentiras, y para cuando se pueden contrastar y demostrar su falsedad, ya se ha pasado a otra noticia.

9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

La censura, la persecución de intelectuales o periodistas contrarios, el control total de los medios de comunicación…. Se buscaba un monopolio total de la información para evitar hablar o poner sobre la mesa aspectos negativos. Lo que no interesa, lo que puede resultar políticamente contrario, directamente se suprime, se elimina. No existe.

10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

Una de las razones más importantes para tomar el antisemitismo como idea principal de la propaganda nazi, es que era un elemento que ya estaba presente en la cultura alemana desde finales del siglo XIX. Ya la ópera de Wagner y muchas obras de la cultura popular tenían y mostrabana un concepto negativo de los judíos. Hitler y Goebbels no inventan algo nuevo; pero sí deforman y unifican toda la cultura antisemita preexistente para identificar un único enemigo, que explica todos los males de Alemania y que sirve como chivo expiatorio de los problemas de la sociedad.

11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

El régimen nazi tuvo millones de apoyos en Alemania. Aunque Hitler no ganó las elecciones y aunque se vio aupado por los poderes económicos, la crisis del 29 y la división de las fuerzas de izquierdas y democráticas, no se puede obviar que muchas personas apoyaron y jalearon a Hitler y creyeron y justificaron su propaganda. La política expansionista y dictatorial de los nazis llevó a una guerra mundial aún más espantosa y sangrienta que la Primera y a un Holocausto de judíos, gitanos, militantes de izquierdas, demócratas, etc, que acabó con la vida de más de 6 millones de personas en campos de concdentración. Muchas personas en Alemania aplaudieron dichas políticas; básicamente porque acabaron creyendo dicha propaganda. El nazismo acabó convenciendo a los alemanes de que la guerra, el exterminio de pueblos y personas y el seguimiento incondicional a un líder era lo que marcaba el «sentido común», y que los «antialemanes» eran todos los demás.

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A día de hoy, resulta escalofriante pensar en cómo muchos medios de comunicación y  redes sociales están funcionando siguiendo exactamente los mismos principios. No debemos dejar que algo así se repita.

One thought on “La Propaganda Nazi. Los 11 principios de la propaganda nazi por Joseph Goebbels. Historia del mundo contemporáneo. 4º de ESO.

  1. Castel no entiendo bien el principio 10, porque no sé si se refiere a que toda la propaganda se tenian que basar en una misma idea( en la que estuviera rondando en ese momento) o es otra cosa a lo que se refier

    1. Se trata de utilizar una idea preexistente en la sociedad y amplificarla. No en generalizar ideas «nuevas», sino en usar algo que aunque no hubiese sido utilizado políticamente ya existía en el pensamiento de mucha gente.

      En el caso alemán, el antisemitismo (la idea del odio al judío) o el racismo no fueron inventados por Hitler. Ya existían desde el siglo XIX.
      https://es.wikipedia.org/wiki/Antisemitismo#El_antijuda%C3%ADsmo_isl%C3%A1mico_en_el_siglo_XIX
      Lo que hizo HItler fue emplear esas ideas preexistentes para conformar un ideario político en torno a esas dos ideas básicas: «todo es por culpa de los judíos» y «la raza aria es la mejor y debería tener lo mejor». De esa manera consigue llamar la atención de muchísimas personas, al margen de su nivel intelectual.

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