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5 estrategias para lograr que el niño no interrumpa

Las interrupciones de los niños mientras los adultos están hablando son un problema común que a veces hace que los padres perdamos la paciencia. Sin embargo, lo cierto es que los niños no lo hacen a propósito, su intención no es molestar, el problema es que aún no son capaces de controlar adecuadamente sus impulsos. Cuando los niños son pequeños, el lóbulo frontal, que es donde se genera el autocontrol, aún no se ha desarrollado lo suficiente, eso explica por qué les cuesta esperar su turno o aguardar hasta que los adultos les presten atención.

niños que interrumpen mucho

Por otra parte, cuando aún son pequeños su memoria es muy corta, por lo que sienten la imperiosa necesidad de hacer notar las cosas apenas las ven, pues saben que después pueden olvidarlas. Afortunadamente, a medida que el niño crece va siendo menos impulsivo y su memoria mejora. Sin embargo, el autocontrol es una habilidad que también se educa, por lo que es tarea de los padres establecer algunas normas que permitan desarrollar buenos hábitos de conducta y relacionarse de manera más asertiva con los demás.

5 estrategias para lograr que el niño no interrumpa

  1. Espera un poco antes de prestarle atención. Cuando tu hijo te interrumpa, antes de prestarle atención, termina lo que estás haciendo. Si le atiendes inmediatamente estarás reforzando esa conducta y será más difícil que aprenda a no interrumpirte. En cambio, si cada vez que te agarra la camiseta reclamando tu atención, le haces una señal con la mano para que espere o le dices: “Estaré contigo cuando haya terminado. Espera un momento”, irá aprendiendo a no interrumpirte.
     
  2. Enséñale a reconocer cuándo no debe interrumpir. Es importante que el niño aprenda a distinguir las situaciones que ameritan una interrupción y aquellas que pueden esperar. Explícale que puede interrumpir cuando se trata de un asunto urgente, como cuando necesita ir al baño o avisarte de que su hermano se ha hecho daño. Sin embargo, hay otras situaciones que pueden esperar, como preguntarte dónde ha dejado uno de sus juguetes, en esos casos, las interrupciones se consideran un acto de mala educación.
     
  3. Entrena su autocontrol. Es conveniente que le enseñes a tu hijo algunas técnicas para que gane en autocontrol desde una edad temprana. De hecho, estas técnicas no solo son útiles para que aprenda a no interrumpir sino que también contribuyen a su crecimiento emocional. Una estrategia sencilla es el juego de las preguntas, que consiste en mantener una conversación a base de preguntas y respuestas. Básicamente, le haces cualquier pregunta a tu hijo y este debe responderte mientras tú le escuchas en silencio, luego es su turno de hacerte una pregunta y escuchar atentamente tu respuesta, sin interrumpirte. El objetivo es mantener una conversación ‘educada’ en la que ambos escuchen lo que dice el otro y esperen su turno para hablar.
     
  4. Sé un ejemplo a imitar. Los niños aprenden mucho por imitación, por lo que la mejor manera para enseñarles a no interrumpir es convertirse en su patrón de comportamiento. Por ejemplo, si cada vez que conversas con tu pareja, le interrumpes, tu hijo asumirá que ese comportamiento es natural y lo repetirá. Por eso, es importante que los adultos de casa se conviertan en un ejemplo para el niño. Y si alguien interrumpe por accidente, sería conveniente que se disculpara y cediera el turno, esperando a que el otro termine de exponer su idea.
     
  5. Refuerza las buenas conductas. Nunca olvides reforzar el buen comportamiento de tu hijo. Cada vez que logre controlarse y esperar a que termines una conversación o tarea para pedirte o comentarte algo, reconoce sus buenos modales. Agradécele por haber esperado, de esta forma le estarás animando a que vuelva a ser paciente la próxima vez.

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