LA TRIBU DE INDIOS DE «LOS PECES»

Había una vez un poblado de indios, «Los Peces»·, que estaban muy preocupados porque hacía ya varias noches que no veían la Luna. Los niños no podían dormir y ya no se oía el aullido de los lobos.

El Consejo de la tribu envió a los pequeños indios para que fuesen a buscarla.

Todos los pequeños indios que eran muy valientes y buenos rastreadores emprendieron su camino. Tuvieron que escalar una gran montaña (toboganes), pasar por unos pasadizos muy peligrosos y después bajar por la gran ladera de la montaña.

A continuación, tuvieron que atravesar con canoas (balancines) por un peligroso río lleno de cocodrilos y aguas muy revoltosas.

Esta aventura estaba resultando peligrosa para estos pequeños, pero grandes y valientes indios.

Algunas veces se encontraban cansados y desganados pero cuando miraban al cielo y veían que su querida Luna no estaba, les daba fuerzas para seguir su camino.

Vieron una cueva llena de zarzas. Se preguntaron ¿cómo podremos entrar?.

  • Uno de ellos, «Piel de Bisonte» dijo: «Ya lo sé, lanzaremos piedras (pelotas) y abriremos un caminito. Por ahí podremos entrar.

Todos respondieron: «Vale». Así que empezaron a tirar piedras hasta que abrieron un pequeño pasadizo.

 

 

Entraron dentro de la cueva pero de momento se acabó el camino.

  • ¡ No podemos cruzar este manantial dijo «Águila Roja».

Sin pensarlo, saltaron y siguieron.

 

 

 

A continuación tuvieron que saltar unos obstáculos muy peligrosos (aros).

Al final se encontraron con un gran pozo.

«Pluma Salvaje» tenía sed y se acercó para sacar agua del pozo (aro) y cuando miró, vio que la Luna estaba dentro.

Cogió la pluma mágica y dibujó con ella un círculo. La gran y maravillosa Luna (pelota) se fue elevando hasta el cielo.

Los pequeños indios eran los niños mas felices que habían existido.

Ya podían regresar a sus casas, el poblado de «Los Peces», orientándose por la Luna  y las  estrellas.

Dicen los antiguos indios que aquella noche la Luna estuvo mas brillante y resplandeciente que nunca y que las estrellas bailaron la danza de «La Luna» alrededor de ella.

Nosotros también hemos bailado nuestra danza y hemos sido grandes indios de la tribu de «Los Peces».

Espero que os haya gustado este cuento motor inspirado en el cuento «Una tribu de indios» de la editorial de Anaya.

El cuento motor es un cuento jugado, un cuento vivenciado de una manera colectiva, con unas características y unos objetivos propios.

Lo mejor de todo ha sido la satisfacción de ver en las caritas de mis alumnos y alumnas que han disfrutado y se lo han pasado «Chachi piruli como ellos dicen» al realizar esta actividad.

Isabel Fernández Ramírez.

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