«Arturo y CLEMENTINA»

«Arturo y Clementina» es el título de un cuento para hablar de igualdad. Su autora es la italiana Adela Turín, está disponible en nuestra biblioteca del centro, pronto la abriremos en una condiciones acordes con la situación que atravesamos, podrás llevartelo por unos días.

Es el cuento que sirve de soporte para la tarjeta de noviembre del programa de Valores y Educación Emocional. Ha sido dramatizado por personal del centro. Mira:

 

Cuando Arturo y Clementina se conocieron se enamoraron de inmediato y decidieron casarse. Clementina tenía muchos sueños y gran parte de estos quiso entonces realizarlos junto a Arturo, en especial viajar y conocer el mundo…. Ahhh, soñaba con Venecia. Pero Arturo, quien en un principio solo le entregaba un disimulado «sí» en una sonrisa, una vez casados decidió que no era necesario que Clementina viajara a ningún lado, que con que se quedara en casa bastaba, que él saldría y la abastecería de todo lo que necesitara.

Pero pasaron los días y algo no le cuadraba a Clementina en su nueva vida. Ella no quería quedarse en casa todo el día esperando a que llegara Arturo, ella quería estar con Arturo y compartir con él. Ahora, si eso no se podía, al menos pensaba en usar su día en algún pasatiempo que le enriqueciera la vida como pintar o tocar la flauta. Pero Arturo no creía que ella fuera capaz de esas cosas, la encontraba tonta, aburrida y muy despistada. Pero la quería, por eso le traía todos los días un regalo distinto: un gramófono para que oyera música, un cuadro para que viera una pintura, un jarrón de Murano para que imaginara que viajaba por Venecia y todo esto lo iba atando con mucho cuidado al caparazón de Clementina.

La pobre Clementina veía crecer una torre de los objetos más diversos y curiosos sobre su espalda, pero nada de esto la hacía feliz y el peso se le hacía cada día más insoportable. Hasta que llegó el día que decidió salirse del caparazón y caminar así, liviana y sin equipaje, recobrando de esta manera un poco de alegría y de su propia vida. Arturo no comprendía y miraba con sospecha el nuevo ánimo de su esposa. Muy pronto llegó el día en que Arturo volvió a su casa por la tarde y no encontró a Clementina por ningún lado. La tortuga se había ido… es probable que a viajar, tocar la flauta o pintar un cuadro. Hasta el día de hoy Arturo no comprende por qué su esposa se fue de su lado y ciertamente indignado comenta: «Era realmente ingrata, aquella Clementina; no le faltaba nada: veinticinco pisos tenía su casa, repleta de tesoros».

En el cuento de Clementina se da una de las formas de violencia más dañina entre las parejas, aquella que a través de la descalificación y desmedro del otro va disminuyendo y liquidando la autoestima del que es agredido. De esta forma, cada vez que Arturo encontraba ridícula a Clementina con sus preguntas, sueños y aspiraciones, esta se encontraba a su vez tonta y aburrida, cuidándose de mostrarse tal como realmente era frente al otro y coartando la expresión libre de su ser. ¿Qué pensarán los niños de esto? ¿Se habrán enfrentado a alguna situación similar con sus amigos?

(texto extraido de la web https://www.aboutespanol.com/)

 

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