«EL HUEVO DEL ERIZO» es una sencilla y tierna historia de un pequeño erizo que con su perseverancia consigue hacer realidad su sueño.
Una historia para enseñar a los niños y niñas la importancia de la constancia y el esfuerzo, de cuidar aquello que apreciamos y de perseguir nuestros sueños. Descubrirán que cuando deseamos algo, el camino no siempre es fácil, pero todo esfuerzo tiene una recompensa.
El autor e ilustrador es Nozomi Takahashi y el cuento está editado por la editorial Tramuntana.
Ha llegado el otoño, lo transmite el libro con sus ilustraciones, donde predominan los verdes y los marrones sobre fondo blanco, y la madre pato está incubando sus huevos, esperando la llegada de sus patitos. El erizo lo ve y, conmovido, decide que él también quiere incubar su propio huevo. Sale corriendo con un propósito firme: «Yo también quiero un huevo».
Entonces encuentra un huevo perfecto para un erizo: redondo y con púas, como él! Y se dice: «Este huevo es para mí, estoy seguro!». Así que se pone a incubar el huevo, lo cuida y lo protege, mirando que no le pase nada de malo. Hasta le canta canciones de cuna. «Espero que pronto se abrirá!»
Sus amigos lo ven y miran de desanimarlo, le dicen que al no ser un huevo, nunca se abrirá. Pero él no desfallece, los ignora y continúa cuidando de su huevo, con constancia, esfuerzo y un gran sentido de la responsabilidad.
Hasta que un día hace mucho viento…y el pequeño erizo descubre, con gran pena, que el huevo se ha roto….
Sus amigos lo ven y miran de desanimarlo, le dicen que al no ser un huevo, nunca se abrirá. Pero él no desfallece, los ignora y continúa cuidando de su huevo, con constancia, esfuerzo y un gran sentido de la responsabilidad.
Hasta que un día hace mucho viento…y el pequeño erizo descubre, con gran pena, que el huevo se ha roto….
Resulta que el huevo era una castaña y la castaña tenía un gusano dentro: «Mirad! Mi huevo se ha abierto! Mirad como se parece a mí! Ya os lo dije…»
Final feliz para el inocente erizo! Porque después digan que un huevo no se parece en nada a una castaña!
Final feliz para el inocente erizo! Porque después digan que un huevo no se parece en nada a una castaña!
Como hemos dicho, es el cuento que sirve de soporte para la tarjeta de diciembre del programa de Valores y Educación Emocional. Ha sido dramatizado por personal del centro. Mira: