Beatriz Blanes Castro
Por Aroha Rodríguez Sánchez
Esta mañana hemos cogido un autobús al lado del instituto de Ceska Trebova junto a nuestros estudiantes espejos checos y otros estudiantes españoles que también están de Erasmus en este centro.
Hemos viajado una hora y media hasta las cuevas Punkevní Jeskyne y al llegar hemos comido algo y hemos empezado nuestra ruta. Las cuevas tenían estalagmitas y estalactitas muy grandes y preciosas que nos iban explicando en español a la vez que las veíamos. Después de unos 30 minutos, hemos llegado a una zona donde hemos cogido un barco para acabar el recorrido. Ha sido una experiencia muy entretenida que volveríamos a repetir.
Hemos parado a descansar y comer y hemos hecho un kilómetro andando para ver desde arriba las cuevas en las que acabábamos de estar y eran unas vistas preciosas. También hemos andado dos kilómetros del Camino de Santiago y terminamos nuestra caminata.
Cogimos el bus cerca de donde terminamos y volvimos a Ceska Trebova. Al llegar volvimos a casa para cenar y prepararnos para ir a una fiesta a la que nos habían invitado los estudiantes checos y también estuvieron los otros estudiantes españoles. Nos lo pasamos muy bien e hicimos muchos amigos.
Por Antonia García
Anoche el director de nuestro centro huésped tuvo la amabilidad de invitarnos a cenar con otros docentes. Fue una velada muy divertida. Y de nuevo, destacamos la calidez del trato de nuestros anfitriones.
Hoy ha sido un día muy activo y agotador pero, francamente, ha merecido la pena. Muy temprano hemos cogido un autobús hacia las Cuevas Punkva. Lo que hemos ido viendo de camino es precioso: un paisaje verde de prados y bosques, y también con extensiones de color amarillo de cultivos de colza. De orografía con suaves colinas, todo salpicado de pueblecitos bellísimos, con casas típicas de la zona. Nos encantan sus jardines con todo tipo de flores, especialmente los tulipanes. Hasta las cunetas nos gustan aquí, pues rebosan colorido, algo muy diferente a lo que estamos acostumbrados. El agua es un elemento permanente del paisaje: riachuelos por todos lados así como canales que reparten el riego. Hemos vuelto a ver una noria (ya inactiva) que se usaba para moler cereales. La otra la habíamos visto en Praga. Afortunadamente, en esta época del año el colorido es espectacular, pues además hay muchos árboles en flor. Al llegar al destino, hemos empezado con una marcha de unos dos kilómetros a modo de
calentamiento…nuestros niños han conocido al alumnado de otro centro español (de Zalamea, en Extremadura) y daba mucha alegría escuchar la algarabía que llevaban durante la marcha, contando sus experiencias con las familias checas: las comidas, el aspecto de sus casas, sus conversaciones…en fin, todo lo que están viviendo, que, hasta ahora, les está resultando muy placentero. Nosotras también conocimos anoche a sus dos profesoras, Nuria y Belén, muy, muy simpáticas. Una vez en las cuevas, hemos realizado la visita guiada por su interior, con paseo en barco incluido. Son dignas de ver, pues el agua, de nuevo el agua, junto a la acción de los minerales que contiene, a lo largo de miles y miles de años ha dado lugar a unas formaciones impresionantes. Además, hacia la mitad del recorrido nos hemos encontrado ante un abismo (así lo han denominado) abierto hacia el cielo que nos ha dejado con la boca abierta. Tras un almuerzo ligero, hemos hecho algo de senderismo hasta subir la montaña. Ha sido algo fatigoso por el gran desnivel, pero ha compensado, pues las vistas desde arriba son espectaculares. Seguidamente hemos vuelto a nuestra localidad y hemos hecho un descanso muy breve para seguir haciendo turismo, ya esta tarde solo con Lenka y nuestras colegas extremeñas. Ha tocado visitar la ciudad cercana de Litomyšl, donde ella vive . Es realmente hermosa, menos industrial y más cultural. La
vegetación lo adorna todo y tiene bastantes edificios bonitos. Y un río que atraviesa la localidad. La visita al colegio donde también trabaja ella ha sido muy entretenida, pues lo tienen decorado de forma temática en torno al mundo del circo y es muy llamativo. Luego hemos cenado un exquisito plato checo a base de remolacha, queso fresco, rúcula, miel y frutos secos…sabroso de verdad. La cerveza checa también nos ha gustado. El día, como podéis ver, ha estado completito y necesitamos descansar para reponer fuerzas para mañana. Seguimos sumando experiencias.
