HACIA EL INFINITO – Jane Hawking

9788426401854Sin duda la figura de Stephen Hawking llama la atención. Este brillante físico y cosmólogo, que algunos comparan con Einstein, atrapado en un cuerpo corroído lentamente desde los 21 años por la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) o Enfermedad de Lou Gehrig, se convirtió casi en un icono popular a raíz de la publicación de Historia del Tiempo a finales de los 80, su obra más conocida y un hito en el campo de la divulgación científica. De repente, conceptos tan abstrusos como la Teoría de la Relatividad, el espacio/tiempo o los agujeros negros, parecían comprensibles gracias a él. Posteriores obras le confirmaron como un gran divulgador, a la par que sus opiniones acerca de la existencia de Dios o la vida extraterrestre generaban no poca polémica y, por supuesto, no olvidemos sus importantes contribuciones, sobre todo en la física de los agujeros negros y en las teorías sobre el origen y destino del Universo. Sin embargo, fuera de todo esto, no era mucho lo que se sabía de su vida. Que se había casado y divorciado dos veces y tenido tres hijos con su primera mujer, Jane Wilde, era quizá de dominio público, pero poco más. Fue la propia Jane quien, en 1999, pocos años después de su divorcio, dio a conocer al público su vida con Stephen Hawking en el libro Music to move the stars: a life with Stephen. Pero ha sido con Hacia el infinito, la versión actualizada de estas memorias, ayudada por el enorme empujón que supuso la película La teoría del todo en 2014, brillantemente interpretada por Eddie Redmayne (Oscar al mejor actor) y Felicity Jones, que el nombre de esta mujer ha saltado a primera plana. 

Ante todo, conviene aclarar que esta no es una biografía de Stephen Hawking, al menos no una biografía al uso. Quien busque eso en este libro probablemente se sentirá decepcionado. “Mi vida con Stephen Hawking”, el subtítulo que reza en la portada, nos da la clave. En efecto, lo que hace Jane Hawking es contarnos en primera persona su vida con el científico desde 1963, año en que se conocieron, hasta el momento actual, en que, según su testimonio, mantienen una cordial relación pese a llevar veinte años divorciados. Por medio, toda una historia.

Stephen Hawking y Jane Wilde se conocen en la fiesta de Año Nuevo de 1963. Congenian enseguida a pesar de tener intereses completamente distintos: él está preparando su tesis doctoral en Física mientras que ella estudia lenguas romances. Al poco tiempo a él le diagnostican la fatal enfermedad de la neurona motora y le dan dos o tres años de vida. A pesar de eso deciden casarse en 1965 y tienen su primer hijo dos años después. Mientras tanto, la enfermedad avanza confinándole en una silla de ruedas y reduciendo poco a poco su movilidad y su capacidad para hablar. En 1970 nace una niña y en 1979 tienen su tercer y último hijo. Durante la década de los 70 el trabajo de Hawking comienza a ser reconocido a nivel internacional y se le conceden numerosas distinciones, como la elección en 1974 como miembro de la Royal Society, la medalla Eddington un año más tarde o la medalla Albert Einstein en 1979. Se suceden los viajes, las estancias en el extranjero y los congresos, pero tras esa fachada de éxito se esconde la triste realidad que impone el imparable avance de la enfermedad que le hace completamente dependiente de los cuidados de su mujer, quien además tiene a su cargo tres hijos pequeños. Jane Hawking habla del agotamiento y estrés que le suponía esta situación, a pesar de recibir la ayuda de familiares, amigos y estudiantes que se turnaban para atender las necesidades del científico y ayudarle en sus desplazamientos. Arremete también contra el sistema de salud inglés de la época, muy poco consciente de las dificultades de los discapacitados, y expresa la frustración que le suponía el no poder disponer apenas de tiempo para su propia tesis doctoral. A todo esto se suma el difícil carácter de Hawking, reacio a hablar de su enfermedad y a recibir ayuda externa y completamente centrado en la Física. Es a partir de la mitad del libro cuando la amargura comienza a hacerse más patente en la narración, algo lógico si se tiene en cuenta que a medida que avanza el tiempo también lo hacen los efectos de la ELA y sus consecuencias en la vida familiar de los Hawking. Es entonces cuando entra en escena una figura que acabaría siendo muy importante en la vida de la autora: Jonathan Hellyer Jones, músico y director de un coro en el que Jane Hawking se integra como soprano. La amistad con él se va haciendo cada vez más firme y termina por convertirse en una especie de asistente familiar y confidente. Con el tiempo, la relación entre Jane y él se convierte en algo más, aunque ella seguía profundamente ligada a su marido. Como no podía ser de otra forma, este estado de cosas no podía durar eternamente y los acontecimientos se empezaron a precipitar a partir de la traqueotomía a la que sometieron a Hawking en 1985 y que le obligó a usar a partir de entonces el famoso sintetizador de voz para comunicarse. Hasta ese momento habían pasado por la casa de los Hawking numerosos asistentes, pero ya se hace necesaria la presencia de un equipo de enfermeras cualificadas entre las que se encuentra Elaine Mason, una figura que, a despecho de Jane, irá tomando cada vez más protagonismo e influyendo decisivamente en Hawking, hasta el punto de que éste decide abandonar el hogar familiar e irse con ella en 1990. El divorcio llegaría cinco años más tarde.

El resto de la historia es bien conocido. Stephen Hawking y Elaine Mason se casan en 1995 y, tras un turbulento matrimonio en el que, incluso, se llega a insinuar la existencia de malos tratos hacia el científico, cosa que él mismo ha desmentido, se divorcian en 2006. Por su parte, Jane y Jonathan Jones contraen matrimonio en 1997 y siguen actualmente casados. Hawking continúa hoy en día en activo. A pesar del avance de su enfermedad, que apenas le permite mover un músculo en la mejilla para comunicarse y su jubilación de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas en 2009, sigue publicando y trabajando en la investigación de las leyes básicas que gobiernan el Universo.

Como he manifestado antes, este libro no es una biografía corriente. Más bien podría catalogarse como unas memorias, los recuerdos de una mujer que ha vivido 25 años junto a un ser humano fuera de lo corriente. Se trata de un relato honesto, crudo en ocasiones, pero exento del sensacionalismo en que fácilmente podría haber caído. El estilo es directo, sencillo y elegante. La autora sabe mantener el interés del lector incluso en los pasajes de carácter más intrascendente, y directamente engancha en las momentos más intensos. Jane Hawking no omite los malos momentos pasados, el miedo, la frustración y, en ocasiones, el rencor, pero detrás de ello hay un trasfondo de orgullo y de profundo afecto. Se trata, pues, de un libro recomendable para conocer la vida y personalidad del gran científico y, también, disfrutar de una historia de esfuerzo, valor y superación.

 

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