DOS MAPAS MEDIEVALES DEL SIGLO XI
En todos nuestros artículos sobre cartografía no dejamos de insistir que el mapa en sí mismo es una construcción mental, una racionalización de la realidad geográfica que la interpreta en función de su ideología y pensamiento.
Esto es sumamente evidente en estos dos mapas de la BNE del siglo XI vinculados a la corte leonesa de Don Fernando y Doña Sancha, grandes mecenas (como ya vimos aquí) y perfectos conocedores del poder que tiene el arte para justificar (¿Manipular?) la realidad.
El primero se encuentra en una copia de las Etimologías de San Isidoro.
Se trata del característico mapa de T y O en donde el mundo (conocido) se divide en tres sectores: arriba Asia (a veces denominada como Siria), abajo a la izquierda Europa, y a la derecha, África (Libia).
En realidad es la traslación simbólica de los textos bíblicos: el reparto del mundo entre los tres hijos de Noé -Sem, Jafet y Cam- tras el Diluvio Universal, mientras que el círculo que le rodea sería el mar exterior, convirtiendo la realidad en geometría (divina).
El segundo ejemplo pertenece al famoso Beato de los reyes.
Se trata de una ilustración del texto bíblico
“Estos son los doce discípulos de Cristo, predicadores de la fe y doctores de los pueblos. Los Apóstoles, aunque todos sean uno solo, sin embargo cada uno de ellos recibió su propio destino para predicar en el mundo. Pedro en Roma; Andrés en Acaya; Tomás en la India; Santiago en España; Juan en Asia31; Mateo en Macedonia; Felipe en las Galias; Bartolomé en Licaonia; Simón Zelotes en Egipto; Matías en Judea; Santiago, hermano del Señor, en Jerusalén. A Pablo no se le asigna una zona propia, como a los restantes Apóstoles, porque es elegido maestro y predicador de todos los pueblos gentiles. Pues así como a Pedro y a los restantes Apóstoles le es conferido el apostolado de la circuncisión, así a Pablo el del prepucio entre los gentiles. Este evangeliza, pues, a las siete Iglesias y a los tres discípulos”
En él se nos representa dos grandes hitos simbólicos: el Paraíso Original (en donde se nos muestran a Adán y Eva tras el pecado original) y Jerusalén
