LA HISTORIA DE LOS ESPACIOS URBANOS (1). LA ALAMEDA DE HÉRCULES. SEVILLA

La zona, ahora incluida en el centro urbano, fue durante muchos siglos un lugar insalubre, ocupado por lagunas y zonas palustres (pues se trataba de un antiguo brazo del río que se reactivaba con las crecidas primaverales), primero junto a las antiguas murallas romanas, más tarde incluido en las almorávides (aunque siempre con un carácter más agrícola que urbano, como toda la zona de la Macarena).

En el siglo XVI, el conde de Barajas (Francisco Zapata de Cisneros) realiza una gran reorganización de la zona.

Para ello hubo que drenar por medio de acequias todo el entorno, rellenándolo de tierra y cascotes, y creando un gran paseo urbano en su zona central con las plantación de una alameda que discurría de norte a sur, punteado con fuentes públicas (es considerado como el primer gran parque urbano de Europa).

En uno de sus extremos se levantaron dos grandes columnas. Se trataba de elementos romanos tomados de la calle Mármoles (aquí los vimos) que se utilizaron para realizar un doble triunfo que retomaba la historia (Julio César) y la mitología (Hércules) para (como ya ocurría en el Escorial) vincularlos a los monarcas Carlos V y Felipe II.

Pese a todo la Alameda siguió siendo una zona inundable debido a su baja cota y su vinculación directa con el río que, en sus crecidas, buscaba sus antiguos brazos, y se tiene numerosas noticias de la reaparición de la laguna por la que se navegaba con pequeños barcos.

Esto no impidió que la zona se convirtiera a finales del XIX y principios del XX en una zona popular (casi el reverso de la zona “noble” de la catedral), frecuentada por toreros y cantaores que se llenó de quioscos de comidas y bebidas en su centro.

Sin embargo, durante la posguerra sufrió las mismas consecuencias de muchas zonas céntricas, convitiéndose en un lugar de prostitución y, más tarde, de drogadicción.

Esta situación se empezó a revertir desde los años 90, aprovechando los fondos URBAN para la lenta regeneración de la zona.

En esta dinámica (como ocurrió en el barrio de Chueca que ya estudiamos aquí) intervino directamente la comunidad gay que la convirtió en su referencia.

Se fue creando así una zona de ocio nocturno que en los últimos años ha producido una fuerte gentrificación del entorno, potenciada por la rehabilitación de la zona central realizada en 2008

 

 

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