Michael Steven Arévalo Orellana ha participado con un escrito sobre cuentos del autor Julio Cortázar
Leer tiene muchas recompensas, y una de ellas ha sido el reconocimiento obtenido por Michael Steven, de 4º de la ESO, cuyo relato explicando por qué le ha gustado un libro de Córtazar ha sido seleccionado como uno de los mejores de Andalucía.
Concretamente, su texto analizaba un volumen con una recopilación de cuentos del escritor argentino Julio Cortázar centrándose en el titulado La casa tomada. Y el trabajo de Michael ha sido elegido entre decenas de otros escritos presentados por estudiantes de toda Andalucía al concurso ‘Mi libro preferido’.
Se trata de un certamen organizado y convocado anualmente por la Fundación José Manuel Lara, junto a distintas instituciones, con el objetivo de fomentar la lectura entre los más jóvenes a través de la escritura de un pequeño relato o redacción en el que comentan cuál es o ha sido su libro preferido.
Desde su primera edición en 2013 hasta la actualidad, más de 5.500 alumnos y alumnas de Educación Secundaria Obligatoria han participado en este concurso.
En este enlace podéis acceder al aparto de “Relatos seleccionados”, donde encontraréis el de nuestro compañero. No obstante, también os los anotamos a continuación para que no os lo perdáis… Y ya sabéis, el próximo curso, apuntaros todos, nunca se sabe dónde puede aparecer un buen escritor-lector.
EL RELATO: Cuentos completos 1 (1945-1966), de Julio Cortázar. Por Michael Steven Arévalo.
Aterricé en España el 31 de diciembre. Cambiaba de vida, cambiaba de casa. Buscamos tener más oportunidades, ampliar horizontes.
Mis profesoras de Lengua son un poco intensas. Nos hacen leer, nos hacen preguntas. Cuando me incorporé al instituto, me había perdido, claro, muchas lecturas. Me dieron una antología de cuentos de Cortázar. No sé si porque todo el mundo piensa que los alumnos hispanoamericanos conocemos a los autores de allí. El caso es que lo último que me había leído era una novela juvenil, así que no sabía qué esperar. Ahora puedo decir que es un libro sencillo y para todos los públicos, si lo tomas como simples cuentos. Cada relato aporta algo. Yo me quedo con La casa tomada, a veces agobiante, a veces liberadora. ¿Paradoja?
En El Salvador me he dejado a mis abuelos, a mis primos y la casa familiar, propiedad de los primeros. Una finca grande en una zona de lotificaciones muy extensas junto al llamado “barrancote”. Un edificio principal muy grande (tuvieron doce hijos) con un cobertizo y rodeado de tierras. Hacíamos muchas comidas familiares en el exterior… pero siempre de día. Al atardecer y durante la noche, había demasiados ruidos. Siempre hemos pensado que son las voces de los muertos en las guerrillas. Los ejecutaban junto al cobertizo.
Un día, mi abuela quiso terminar con los malos espíritus y quitó el cobertizo… Ya no hay paredes, pero sí voces.
Era imposible que no pensara en esto cuando leí La casa tomada. Me sentía intrigado por saber qué causaba los ruidos y asfixiado porque la casa fuera cada vez más pequeña. Sentía el agobio que sentía la pareja que la habita. No me imagino vivir en un espacio tan pequeño. Pero, lo cierto es que aquí vivo en un piso y siento la casa menuda. Mi madre dice que no lo es.
Pienso que en el relato la casa, protagonista, se refiere a los pensamientos que nos dominan y que nos hacen sentir pequeños. La casa es pequeña si te dejas llevar por ellos. Por eso la pareja se va, porque se conforma. Ni siquiera comprueban de dónde viene el ruido. Se dejan ganar por sus miedos, sus ideas…
Mi madre me decía que el ruido de la finca lo provocaban las láminas del techo. Pero yo la oía hablar con la abuela y mi tía sobre las cosas que sucedían en ella.
Me gusta, me encanta, adoro esa casa. Pero no puedo ceder y dejarme aislar. Justo cuando hemos venido para ampliar nuestros horizontes. Yo estoy enfocado en mis estudios y el deporte. Quiero ir más lejos.
La sociedad es ahora más grande que nunca. ¿La llamada globalización puede llegar a ser tan enorme que decidamos ir cerrando puertas para aislarnos en un mundo que controlemos, como en el relato?
El mundo que habitamos es más grande y accesible físicamente. No obstante, no todas las ideas son aceptadas por gente de ahora con mentalidad antigua. También veo más aislamiento por el mal uso de Internet. Entre gente de mi edad, muchos se aíslan porque no quieren salir de casa porque están con su móvil. Eso les cierra mentalmente, les bloquea.
El mundo virtual es gigantesco, como La casa; te hace sentir pequeño y te quedas en un pequeño rincón (videojuego, por ejemplo). Con los libros es al revés. Te abren más posibilidades.
Por muy insignificante o pequeño que aparentemente sea (un chiste, una fábula, un cuento corto…), aporta algo. Te invita y te da la oportunidad de mirar más allá de tu mundo, de no conformarte.
Yo necesito aprender a relacionarme más y mejor, a no guardarme las cosas, a confiar más en mí mismo. Como el marido, debo aprender a contarle a alguien qué oigo. También a escuchar más esos ruidos para saber de dónde proceden esos pensamientos y poder afrontarlos. Quiero cerrar cosas de mi pasado y, como en El astronauta, quiero tener mis ratos de soledad autoprovocada. Pero, por encima de todo, quiero ver el mundo como realmente es y abrir puertas y ventanas para salir a él. Sin miedo a descubrir otros mundos. Viajando, en internet o leyendo.
En este mismo libro puedes hacerlo. Hay ficción, situaciones fantásticas, estrafalarias… Me gusta el terror y me encanta sentir el ambiente de lo que leo; ponerme en los zapatos de los personajes; imaginar dónde están… y lo hago a menudo con la ayuda de la música. Para este libro, en concreto, con In the bleak midwinter. Pero también da miedo pensar en cómo es capaz de escribir alguien hasta el punto de sentirte identificado.