Nuestro «patio» verde

Acer negundo rescatado de una alcantarilla

Hoy, al enseñarle una morera de los espacios verdes de nuestro centro a unos alumnos de 1º de Bachillerato, me decían «ah, ese es el árbol que quietaron de nuestro instituto, porque manchaba el suelo».
Afortunadamante en nuestro centro, aunque hace unos años tuvimos que cortar dos maravillosos abedules junto al gimnasio porque, vaya contradicción enrevesada, habían crecido demasiado, nos podemos sentir dichosos de contar con una excelente colección de árboles.
Tenemos un olmo antiguo en una esquina, un falso plátano (Acer pseudoplatanus), almeces, arces negundos, moreras, una camelia que tapa un ficus de tamaño desmesurado que sirve de refugio y anidamiento de jilgueros…., palmeras…
En el centro del jardín, diseñado hace años por muestro ex, José Luis Marmolejo, hay una pérgola metálica con algunas wisterias/glicinias que, aunque ahora mismo nos perfuman, nunca han llegado a tener el desarrollo esperado.
Y zonas verdes, de césped, bastante abandonadas por cierto, que aún así no dejan de ser una maravilla como recreo de un espacio invadido de aulas y alumnos encerrados en sus tareas académicas.
Llevo tiempo planteándome la importancia de darles a conocer a los alumnos y compañeros este interesante patrimonio natural, que tenemos el privilegio de disfrutar. Por ejemplo dando a conocer las especies de árboles y plantas que tenemos en el centro.
Pero, ya que hemos tenido que cortar algunos preciosos árboles y alguno ha fallecido naturalmente, ¿ por qué no plantearnos mejorar la calidad y cantidad de nuestros árboles y zonas verdes?.
A partir de ahora, de la llegada de la Primavera, si no estamos debajo de un árbol, no hay manera de estar en el «patio». Y, bastantes veces, algunos profesores con estas temperaturas prefieren estas zonas verdes a algunas tórridas aulas.
Este lujo, nos lo podemos permitir en nuestro centro.
¡Vamos a disfrutarlo, mantenerlo y, si los dineros los permiten, mejorarlo! ¿No?