A 50 METROS

En la noche respiro el aire marinero y sueño con tocar el cielo, pero han pasado siglos y las estrellas siguen escapando al roce de mis ramas. Amanece y Sanlúcar se despierta entre magníficos monumentos que han visto pasar la historia en un suspiro. Son los que me mimaron cuando llegamos de América para echar raíces en esta plaza.

Nosotras, araucarias, saludamos al Castillo de Santiago, a las Covachas,  Iglesias y Conventos, al Palacio de Orleans y a la Parroquia de la O, que nos recuerda al Castillo de las siete torres que murió bajo la pisada del tiempo.

“Abrid nuestras puertas de par en par a nuestros visitantes”.

Anochece y mis ramas se vuelven hacia la playa porque el murmullo de la brisa del mar me mece al son de los cascos de los caballos corriendo entre el agua y la arena. De la lejanía llega el eco de Doñana con su flora y fauna que bebe del Guadalquivir. Y me voy durmiendo en esta acogedora ciudad.

 

Ana Rocío Gascón, 1ºB.

Este texto forma parte de un ejercicio de clase de lengua y literatura del profesor Damián Moreno en el que se les  pidió, a semejanza de lo que hacían los clérigos del Mester de clerecía, que se eligiera un monumento o personaje de Sanlúcar para a partir de él atraer a los visitantes a nuestra ciudad.

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Updated: 4 marzo, 2020 — 5:20 pm

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