Siguiendo con las actividades en torno al Día del Libro, volvemos a promocionar nuestro catálogo, esta vez en el Panel violeta del Santa.
La literatura, el cine, los tebeos desde la infancia nos han inspirado. Todas y todos hemos querido ser desde nuestra infancia el príncipe o Blancanieves; uno de los mosqueteros o Constanza, la amada de D’Artacán; Superman o Catwoman. Pero es verdad que las niñas en el imaginario de la cuentística tradicional, el mundo del tebeo y el cine teníamos un papel mucho más aburrido y pasivo, salvo honrosas excepciones. Generalmente nos tocaba esperar en un castillo, dormidas o sometidas bajo el yugo de una madrastra mala o de un padre que pensaba solo en una boda ventajosa. Cada vez más la industria cinematográfica como el mundo del cuento y la ilustración han ido teniendo en cuenta los nuevos valores que la sociedad del siglo XX y XXI les reclama.
Desde nuestra biblioteca hemos querido rescatar otras heroínas de papel que estimulen nuestra pasión por la vida, nuestra inteligencia y valores acordes con una sociedad igualitaria, tales como la valentía y la capacidad de luchar por sus derechos de Ana de la Tejas verdes, de Lucy Maud Montgomery (1908); la libertad de movimientos y los poderes mágicos de Pippi Langstrump, de Astrid Lindgren; la mirada crítica y analítica de Mafalda, de Joaquín Salvador Lavado, “Quino”; la sororidad y capacidad de salir de los problemas de Las tres Mellizas, de Roser Capdevila o el amor por el estudio y la solidaridad con los que menos tienen de la Pirata Marimar de Elisa Constanza Zamora Pérez en su Trilogía coeducativa para teatro negro; y por qué no los súperpoderes de Súper Lola, la heroína que más mola, de Gema Otero Guitiérrez, pensada para las niñas que no quieren ser princesas.
Las niñas y niños, las y los adolescentes necesitan tener modelos en los que mirarse y que no encasillen en razón del sexo.