Casos «El respeto en los jóvenes»

Hoy te voy a hablar sobre jóvenes y sobre respeto, a veces creemos que ciertas formas de hablar de los jóvenes son faltas de respeto, y en consecuencia acabamos como madres y padres, faltándoles nosotros al respeto, lo cual es un mal ejemplo. Aquí trataré dos casos que espero te sirvan de ayuda. 
«El respeto en los jóvenes» 
Caso I 

Antonio 45 años viene a mi consulta porque tiene problemas de comunicación y entendimiento con su hijo Ramón de 15 años. Al parecer, su hijo hace las tardes de clase muy rápido y enseguida se quiere ir conectarse a internet o jugar con la consola. Antonio cree que debe dedicarle más tiempo al estudio y siempre acaba discutiendo con su hijo sobre el tema, además los fines de semana, su hijo se pasa el día fuera con los amigos y apenas para por casa. 

Es importante saber si el rendimiento de su hijo es bueno y los resultados en el instituto son satisfactorios, si esto es así no es necesario que dedique más tiempo al estudio, sin mayor razón, sería más interesante indagar o preguntarle lo que más le gustase de los estudios que está cursando, y entre ambos buscar por ejemplo: libros relacionados con el tema para que pudiese leer, ir a ver alguna exposición, mantener conversaciones sobre esos tema con su hijo. Con respecto al fin de semana, en el desarrollo de una persona y más en la adolescencia hay que fijar unas normas, pero a la vez ser conscientes de que los hijos se hacen mayor y se les debe dar la posibilidad de tomar sus propias decisiones y ser responsables. Si lo que preocupa, por ejemplo: es que sale mucho o que no avisa de cuándo va a volver, lo mejor es establecer pacto, sentarse con su hijo y entre los dos buscar un equilibrio satisfactorio para los dos, respetando la postura de ambos. 
Caso II 

Carmen de 17 años viene a mi consulta quejándose de su madre y su padre y del trato injusto que tiene con ella. Carmen es responsable, trabajadora y luchadora, no se conforma fácilmente y suele replicar a sus progenitores cuando le parece que algo no es justo, este comportamiento no es del agrado de ellos, por lo que en más de una ocasión la han castigado por «respondona». A Carmen le gustaría hacer que entiendan que igual que ella no tiene la verdad absoluta, ellos tampoco y debería empezar a tratarla como una persona madura, porque no es una niña pequeña y sabe pensar por sí misma. 

En este caso que acabo de describir, sería importante que como en el anterior Carmen estableciera unos pactos con sus progenitores y les hiciera ver con su ejemplo y sus razonamientos que es responsable y que tiene derecho a equivocarse también y es de sabios rectificar, son cosas que ella debe aprender y eso solo será posible cuando su madre y su padre la traten como una persona con sus propias opiniones, y deben respetar que tenga otra forma de pensar distinta a ellos. 

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