Una de las imágenes más terribles a la que nos podemos enfrentar es observar en nuestro hijos o hijas nuestras actitudes negativas, nuestros comportamientos lamentables y nuestros llamémosles, defectos. Una de las formas que tienen los investigadores de describir el contexto familiar en el que se desarrolla un niño o una niña es ponerlos a jugar a “papas y mamas” y observar su comportamiento. Literalmente calcan el modelo en el que viven, la imitación es el proceso más básico de aprendizaje que tenemos los seres humanos y mucho más importante si se trata de aprender conductas.
Todo esto debería llevar muy a menudo a un reflexión profunda de los padres y madres y tutores sobre cómo se comportan delante de los niños y niñas y el ambiente familiar que crean a su alrededor y en el cual se aprenden las formas básicas de actuación en la sociedad. Es de suponer que todo el mundo tiene claro que el ambiente que se vive dentro de una familia es el principal aporte de información y formación que recibe una persona cuando va creciendo.
Pero sin embargo el ambiente familiar no es estático e inmóvil, y las circunstancias que rodean al mismo van cambiando y hacen que este cambie. Tampoco es algo que realice una sola persona, sino que para empezar los progenitores suelen ser dos y el resto de los miembros de la familia también participa en el clima de convivencia que allí se genera. Total que no es fácil poner a todos los implicados de acuerdo para crear un clima adecuado para el desarrollo de una persona. La vida además es difícil, plantea continuamente problemas a los que hay que hacer frente y estos modifican el contexto familiar a veces de forma especialmente dramática lo cual influye notablemente en el modelo que transmitimos a nuestros hijos e hijas.
Difícil, lo sé, pero no tanto que sea imposible, ni tanto que necesite de una especialización, sólo hay que tener en cuenta que la imitación es el principal mecanismo de aprendizaje en nuestra vida y que es especialmente fuerte en la primera infancia y juventud y procurar por ello, que nuestras acciones en la familia, sean dignas de imitar y trasmitan lo que después queremos y esperamos recibir.
No hay mayor satisfacción en esta vida que observar en nuestro hijos o hijas nuestras actitudes positivas, nuestros comportamientos adecuados y constructivos y nuestras llamémosles, cualidades. Eso nos hace sentir orgullo de nuestros hijos e hijas y lo más interesante de nosotros y nosotras mismas.
VIVE COMO QUIERES PORQUE SI NO PUEDES TERMINAR QUERIENDO LO QUE OTROS VIVEN.
HASTA LA SEMANA QUE VIENE.
2 comentarios
Un artículo muy interesante e inspirador 🙂
Me alegro que te haya gustado y sea de tu interés. Si hay algún tema que te interese que se publique en el blog, solo tienes que escribir un comentario aquí o al correo electrónico centrodeorientacionalfa@gmail.com, y tu petición se tendrá presente.