Caso «Identidad y valores»

En estas fechas tan señaladas, como ya hablaba en la publicación anterior hay mucha pérdida de valores y de identidades, a veces todo se mezcla y se confunde, y a veces simplemente olvidamos los valores que subyacen en el fondo de las acciones que llevamos a cabo, y de eso hablaremos hoy. 
«Identidad y valores»
Caso I 

Gloria de 30 años viene a mi consulta porque en estas fechas más que ninguna se siente muy sola, a pesar de que se reúne con la familia, siente que no hay un verdadero sentido navideño, de compartir, pasar tiempo junto a la gente que quieres, más bien en muchas ocasiones le da la sensación de que es una obligación más y un mero trámite que pasar, con el tiempo siempre a contrata corriente como si ya nada lo pudiéramos disfrutar de verdad. Y me pregunta cómo podría cambiar esa situación y la sensación de soledad que muchas veces se le queda. 

La navidad es un momento del año donde se espera que pasemos tiempo en familia, y sea familia de sangre o adquirida por el paso del tiempo, el roce y el cariño, un tiempo para disfrutar, reírnos, contarnos aquellas cosas que a veces se te pierde, un momento de parar el tiempo y vivir todo lo que implica el estar juntos. Una buena estrategias es no hacer planes estrictos, con horarios concretos, sino dejar la posibilidad de que un plan se alargue si estás bien. Deja el móvil y el reloj a un lado y disfruta de estar con las persona que te rodean. Habla de ti de tus sentimientos y escucha a los demás, así podrás ver otros puntos de vista para tus posibles problemas y eso te ayudará a relativizar las cosas. Haz cosas que te gusten y compártelas con las personas a las que quieres. 
Caso II 


Tomás de 42 años viene a mi consulta porque no sabe como inculcar a su hijo valores de responsabilidad, solidaridad y escucha activa. Ha detectado que su hijo suele ser bastante egoísta con sus juguetes, y no le parece suficiente con los que tiene siempre quiere más, aunque luego en menos de una semana se ha cansado del juguete nuevo. Otro problema es que muchos de ellos no están especificados para su edad, y si no se los comparas se lleva un berrinche monumental, y a Tomás le gustaría que aprendiera que en la vida no lo puede tener todo. 

Para desarrollar ciertos valores en los niños y niñas, es importante fomentar tipos de juegos que promuevan esos valores, como por ejemplo: juegos cooperativos, juegos en equipo o juegos de mesa, donde lo que se busca es que se comparta, que se sepa escuchar para poder jugar bien al juego. Si empezamos participando desde la familia será más fácil que se vayan reproduciendo ese tipo de valores. 
Como ya he dicho otras veces, las madres y padres son los modelos en los que se miran los menores, por lo que ser un buen ejemplos es esencial para que cierto tipo de conductas no se den, como por ejemplo: si cada cierto tiempo cambias de teléfono móvil, le estás enseñando a tu hijo o hija a no saber apreciar el valor de las cosas, lo que cuestan y la responsabilidad de cuidarlo y mantenerlo en buen estado.
FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO, 
NOS VEMOS EN 2015

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