¿Qué tal va el nuevo año? Ya a punto de cumplir el primer mes de vida, ¿será este el año en el que realizamos nuestros propósitos de verdad? Por lo menos, desde aquí, intentamos impulsar unas maneras de vivir que sobre todo, pongan en práctica lo que creemos y hagan que nuestra vida sea cada día más nuestra y más como la queremos. Mucho ánimo, el resultado es súper satisfactorio.
Hoy pretendo que nos planteemos, como durante todo este mes de enero, algunos propósitos, en esta ocasión para con la familia. Ya hemos tratado abundantemente este tema, ya que es uno de los temas que más nos preocupan desde “Vientos de Equidad”, y ahora, como no puede ser de otra manera, vamos a concretar los propósitos familiares para este nuevo año.
Mejorar y alentar nuestra familia es tarea fácil ya que es la nuestra. Pero, a veces, se nos olvida que la hemos elegido nosotros, (en el caso de los padres) y es el lugar más nuestro, el que contribuimos todos y todas a construir, a hacer de una forma concreta. Por eso los propósitos empiezan por hacernos conscientes de estas dos cosas. Intentemos lo más a menudo mirar a nuestra familia, observarla bien, sentir que es nuestra, nuestro espacio y nuestra esencia, y no dejemos de valorar nunca lo que es y de descubrir lo que podemos hacer para que sea ese cálido lugar dónde nos sentimos seguros y más nosotros mismos que en ningún sitio. Así que nuestro primer objetivo es apreciar lo que tenemos y somos, y aportar nuestro granito de arena para que sea aún mejor si cabe.
En segundo lugar hay algo en lo que siempre insisto, hay que observar y escuchar más y mejor a las personas que tenemos a nuestro alrededor, y más en el caso de nuestra familia. Muchas veces, habituados como estamos a vivir con nuestra familia, dejamos que pasen inadvertidas las realidades a las que los demás se enfrentan y la huella que les deja. La triste realidad es que esto nos aleja, nos distancia de las personas a las que más queremos, y ello permite que se vayan a buscar apoyo, consuelo y consejo en otros ojos, otros brazos y otras vidas. No permitamos esto entristece nuestras relaciones y enfría el cálido ambiente familiar. Por eso nuestro segundo objetivo es prestarle una atención especial a los nuestros, observar lo que viven, cómo les afecta, cómo se siente, y hacerles sentir nuestro apoyo, nuestro cariño hasta en lo que no acabamos de compartir y comprender, hagamos que se sientan en familia, seguros y cálidos al hogar de los suyos. Yo siempre digo que si la familia no sirve para esto, entonces no sirve para nada, porque en munchas ocasiones el resto es una pesada carga llena de obligaciones y compromisos. Así que hagamos sentir a nuestra familia que es para nosotros la mejor, que no permitiremos que nadie la agreda sin salir todos y todas a defenderla.
Si conseguimos esto jamás sentiremos abandono, profunda tristeza o absoluta soledad. Siempre sabremos que tenemos el apoyo incondicional de nuestra familia.
EL VÍNCULO QUE UNE A TU AUTÉNTICA FAMILIA NO ES DE SANGRE, SINO DE RESPETO Y GOCE MUTUO. Richard Bach
HASTA LA SEMANA QUE VIENE
Comentarios recientes